Un paso para atrás

Los presidentes de los clubes andaluces de Primera División se han reunido en varias ocasiones con el fin de consensuar una estrategia común que sirva para potenciar su poder, más bien el poder de las entidades a la que representan, a nivel nacional. La idea me parece fantástica porque todo lo que sea sumar es bueno e importante. Hasta se ha contemplado un cierto aperturismo y pretenden que otros clubes de inferior categoría, como el Cádiz por ejemplo, terminen sumándose a la iniciativa.

Los recientes enfrentamientos entre Sevilla y Cádiz han sido utilizados hábilmente por la Federación de Peñas de ambas entidades para promover convivencias festivas previas a los partidos. Y la verdad es que la medida ha dado resultado, para alegría de sus grandes promotores Ramón Somalo y José María Pavón. Y también de los aficionados que son, los que al fin y al cabo, se desplazan a los campos y tienen que soportar insultos de los mismos de siempre. Sin embargo, como ya se pudo comprobar el año pasado en el Pizjuán, los indeseables aparecen para enturbiar la historia.

De todos es conocido que las relaciones Cádiz-Betis han sido siempre más fluidas que las que mantenían los incondicionales del equipo amarillo con los del eterno rival verdiblanco. Más recientemente, concretamente el pasado domingo, los seguidores cadistas que acudieron al Ruiz de Lopera también tuvieron que soportar improperios de una parte de la hinchada local. Y digo de una parte, porque me niego a pensar que fuese una cosa generalizada.

Si la propuesta de los presidentes andaluces prospera alguna vez podremos meter a todos los conjuntos de nuestra región en un mismo saco en el que nos sentiremos representados. Pero habrá que preparar otro saco para los que no representan a nadie.

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