Igualdad a fuego lento
Actualizado:Que ahora la agenda política es monotemática ya se sabe . Pero la urgencia de esta crisis mundial no hace que la desaparición de ciertos temas del libro de las prioridades de los mandatarios no le quita gravedad al asunto. Durante esta semana hemos recordado que la conferencia entre presidentes de las comunidades autónomas sobre violencia machista -propuesta por Zapatero durante la campaña electoral- ha quedado en suspenso y que éste, como otros asuntos sociales, se ha puesto «a fuego lento». Estos son los escándalos que día a día se leen en prensa y que no ruborizan a nadie. Así somos. Ahora que falta el dinero, se hace evidente lo que más nos importa: el dinero. Ya no es tan prioritario luchar contra la violencia ejercida sobre los mujeres. Esto puede esperar. Hay que recortar presupuestos, a pesar de que en público se anuncie que los platos rotos no los pagarán los servicios sociales. Y la estructura coordinada, interdisciplinar y transversal que iba a vertebrar la lucha contra los malos tratos a las mujeres ha dejado de estar en rojo en la agenda política. Y no sé de qué me sorprendo. Todas las que hemos estudiado algún apunte sobre metodología didáctica sabemos que, en la práctica, transversal significa lo que en el instituto era una «maría», un contenido que no puntúa para la nota. Pues en eso está quedando la Igualdad -con mayúsculas-, si María Teresa Fernández de la Vega no lo remedia. Mientras la lucha por lo realmente importante continúa ya han sido asesinadas 80 mujeres durante 2008. Sólo faltan nueve para igualar la negra lista de 2007. Dicho queda. Aunque sea en esta pequeña columna, en un rincón de un periódico provincial. Pero creo que hay que repetir el mensaje para que no deje de sonar el eco, aunque sea lejano. Y es que, señores, esta gran depresión del capitalismo feroz lo arrasa todo pero no termina con los asesinos que se ensañan con sus compañeras, sus amigas, sus amantes. No arruina a aquellos que piensan que poseen mujeres. Esperemos que el enorme monstruo del capitalismo se recupere pronto y que podamos volver a ocuparnos de la segunda agenda: la que incluye a la mujer.