«Existen personas estupendas a las que no les gusta leer
La 'madre' literaria de Manolito Gafotas comarece hoy en la Facultad de Filosofía y Letras de la UCA para analizar su novela 'Una palabra tuya'
CÁDIZActualizado:Periodista, columnista, locutora, guionista y escritora. Elvira Lindo (Cádiz, 1962) es una amable navaja suiza de la comunicación con la evidente virtud de tener siempre algo que decir. Es también la madre de Manolito Gafotas –sobran presentaciones– y de otros personajes infantiles, aunque esta mañana visita la ciudad en la que nació para tratar con adultos. A las 11.00 comparece en la Facultad de Filosofía y Letras para hablar con sus alumnos (y los que vengan) de Una palabra tuya dentro de la campaña de fomento de la lectura y la escritura que organiza Booket (Editorial Planeta) y Ámbito Cultural.
–Cuando se habla de los índices de lectura hay dos tipos de personas: optimistas y pesimistas ¿Cuál de ellas es usted?
–Siempre me preocupo de la preparación en las escuelas. Lo importante es ser una persona educada y eso se puede conseguir con más o menos libros. La lectura es como el tejado de una casa, pero hacen falta cimientos. Los niños de hoy en día tienen problemas para comprender los textos escritos y eso es necesario para leer. Necesitan herramientas anteriores al disfrute de un libro. Luego, la lectura como placer es algo voluntario que desde luego aporta muchas cosas a la vida. Hay personas estupendas que son fantásticos ciudadanos a los que no les gusta leer.
–¿Es más fácil comunicar con niños o con adultos?
–Siempre hay que hacer las cosas con amor propio y con la misma exigencia. Es cierto que a los niños no les importa quién eres, no tienen prejuicios. A ellos les importa la historia y nada más. Van directos a eso. Al adulto le puedes seducir con otros recursos pero al niño, si no le interesa la historia, lo deja. Así que sí que puede ser que sean más exigentes.
–Ha utilizado la radio, la televisión, los libros... ¿Qué medio elegiría para lanzar un mensaje definitivo?
–No hay que elegir. En la vida te van saliendo cosas... Ahora estoy en una etapa en la que me apetece más escribir una novela que un guión de cine, pero no soy lo que soy sin todo lo que he hecho. ¿Qué elegir? Me he machacado muchas veces pensando eso y definitivamente no lo sé. ¿Cuál sería tu última palabra? No lo sé.
–¿Un consejo para alguien que quiera contar una historia y esté bloqueado?
–El que quiere contar y no lo hace es que no sabe qué contar. Escribir es una necesidad para el que la tiene. Todos los escritores tienen los mismos problemas: el tono, el punto de vista, etc. Pero la historia te elige a ti. Si te cuesta mucho escribir igual tienes que hacer otras cosas.
–Nació en Cádiz ¿Qué le queda de aquello?
–Mi padre, malagueño, estaba trabajando en Cádiz en Dragados. Estuvimos muy poco tiempo. Cambiábamos de ciudad casi cada año. Más tarde he vuelto muchas veces, porque es una ciudad que me encanta.
Raíces que caminan
–¿Se reconoce en las cosas de Cádiz?
–Claro. Me reconozco en el Sur, sin un sitio en particular. La mitad del año vivo en Nueva York y España es un lugar de recuerdos y personas. Ahora se acentúa mucho la relación que las personas tienen con los sitios ¿Te sientes más de este sitio o del otro? Definitivamente me siento de muchos sitios de España. Las raíces no están pegadas al suelo. También caminan.
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