Cumbre de Washington: Un fracaso anunciado
El presidente virtualmente en funciones de EE UU, George Bush, exigió a los participantes en la Cumbre convocada en Washington el 15 de Noviembre para restablecer los mecanismos de intercambio desigual del sistema-mundo que cruje, compromiso y respeto a «los mercados libres, la libre empresa y el libre comercio».
Actualizado:Las ideas esenciales de una sociedad y una economía basada en el egoísmo, la avaricia, la vanidad y la envidia sobre la que se monta la sociedad de consumo, despilfarradora y depredadora, que sólo mide el crecimiento del PIB, sobre el que pivota toda la teoría económica ortodoxa, no se pueden poner en cuestión para los convocados a la reunión; a pesar de que cada vez esté más claro que un mundo redondo y finito exige una sociedad basada en la cooperación, la solidaridad, el decrecimiento de los consumos físicos y monetarios y el respeto que si haga crecer las relaciones interpersonales e interculturales incluyentes. La felicidad de las personas y de la humanidad, la tranquilidad y la paz interior que otorga la perspectiva de un verdadero desarrollo humano sostenible y participativo tampoco puede tocarse.
Un nuevo intento de mutación del capitalismo. Con la promesa de una mejora de la situación futura se nos pide que renunciemos a construir las bases del único y posible desarrollo y bienestar sostenible de nuestras sociedades, la única solución de futuro, y aguantemos los actuales males que, nos prometen, pasaran rápido.
Nos encontramos en un periodo de tiempo que tan sólo se da en determinados momentos de la historia. Un periodo de cruce de caminos, donde la crisis y la impotencia de los poderosos deja sitio al libre albedrío de cada cual; hoy existe un lapso de tiempo durante el cual cada uno de nosotros tenemos la posibilidad de influenciar el futuro con nuestra acción individual. La oportunidad que si va acompañada de la acción valerosa y conveniente transforma y cambia el devenir de la sociedad.
Actualmente estamos en la última parte de un ciclo largo de Kondratieff (50-60 años) cuando las burbujas especulativas revientan una tras otra, las quiebras y bancarrotas se suceden, la concentración del capital aumenta, el paro se dispara, y los datos macroeconómicos señalan primero la recesión y después un verdadero decrecimiento económico. Pero esta crisis coincide con un periodo de transición entre dos sistemas de larga duración, lo que la hace diferente a las anteriores y la agrava. El capitalismo ya no hace sistema, se desvía demasiado y muy a menudo de su situación de estabilidad y equilibrio. La situación se hace caótica, incontrolable, y aparecen las luchas y enfrentamientos entre todos los actores para ver como queda configurada la nueva situación que la reemplace en el nuevo tiempo que nace.
La recuperación económica y el despertar de China, India, América Latina y Rusia constituyen un desafío insalvable para el sistema-mundo de intercambio desigual montado por Occidente y que ha prevalecido desde la segunda Guerra Mundial. El fracaso de la OMC, el vacío del FMI y del Banco Mundial es un reflejo de esta nueva realidad. La crisis de hegemonía política y militar de EE. UU. es otro de sus reflejos.
Una crisis fiscal nacional de USA es también una crisis de seguridad nacional e internacional. Su moneda ya no es el pilar de la estabilidad financiera global, su ejercito ya no es capaz de imponer sus deseos políticos por sí sólo, y su reputación como defensor de las libertades y la democracia está seriamente dañada.
La cumbre convocada el 15 de Noviembre en Washington ha sido un fracaso anunciado por:
Quién convocaba la reunión. Un Presidente en funciones, en lugar de ser la ONU. Obama ha sido el gran ausente y con él EE UU.
A quienes se convocaba. A un grupo de países señalados a dedo, marginando la convocatoria universal en el seno de la ONU
Para qué se convocaba. Restaurar el sistema-mundo de acumulación ampliada del capital manteniendo el intercambio desigual, intentando revitalizar los instrumentos desacreditados y rechazados como el FMI y el Banco Mundial, en lugar de plantear una respuesta integral a las distintas crisis recuperando el equilibrio y la armonía entre la naturaleza, la humanidad y la tranquilidad y la paz interior de las personas con la perspectiva de un futuro seguro y sostenible
Debilidad del convocante. La debilidad de EE. UU. le impide poder imponer sus designios unilateralmente. Las declaraciones de Sarkozy acerca de que el dólar no puede esperar tener el mismo papel que en 1944 manifiestan que el tema fundamental de la Cumbre no se ha resuelto y que la guerra entre las diferentes divisas no ha hecho más que empezar.
La tentación de no reconocer la nueva realidad tras el fracaso de la Cumbre del 15 de Noviembre por parte de los políticos norteamericanos puede conducir a una huida hacia ninguna parte. En realidad hasta el 30 de Abril no se empezará a ver que se puede hacer en función de la situación de fuerza de cada uno de los actores en esa fecha, por lo que este tiempo es sumamente delicado y arriesgado. La tentación más obvia entre los cuatro o cinco escenarios posibles es un ataque contra Irán en política exterior, lo que marcaría una reorganización imprevisible de las alianzas internacionales trayendo desorden, confusión y peligro; y una no descartable suspensión de pagos de la deuda exterior, lo que provocaría un colapso del dólar y una situación de pánico interior y exterior.
El colapso del dólar, el no reconocimiento de las deudas con terceros, supondría el mayor robo en la historia de la humanidad. El apoyo del mundo entero a la moneda americana, que ha llevado a vender gran parte de las reservas de oro de los Bancos Centrales a cambio de papel-dólar, es ahora la mayor amenaza de extorsión de EE UU para imponer sus criterios al resto del mundo, ya que supondría traspasar los efectos de la crisis americana a los demás. Roubini, el profesor de economía del equipo de Goldman Sachs, planteaba recientemente el cierre temporal de las bolsas para superar la crisis, un reinicio del sistema. El colapso del dólar es lo mismo pero para la economía internacional.
El tiempo es ahora y el futuro de la humanidad se juega ahora. ¿Preparémonos!