Granado presenta el informe de seguimiento de las recomendaciones del Pacto de Toledo. / EFE
Economia

La reforma de las pensiones será moderada y sin traumas

El PSOE abre la puerta a cambiar el carácter vitalicio de la viudedad

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La reforma del sistema público de pensiones es imprescindible para su viabilidad futura, pero los cambios serán moderados y jamás traumáticos, según afirmaron ayer, en el Congreso de los Diputados, el Gobierno y los partidos políticos. La sesión estuvo protagonizada por el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, quien compareció en la comisión del Pacto de Toledo (acuerdo parlamentario de 1995 renovado en 2003).

Los portavoces de los grupos también expusieron sus criterios. Desde las filas del PSOE se planteó la conveniencia de reflexionar sobre la duración de la prestación de viudedad, con la pregunta de si su permanencia debe ser vitalicia.

Con la intervención de Granado se abre un nuevo proceso de cambios para las pensiones públicas que durará meses y que, junto con su efecto financiero, renovará determinadas prestaciones. Así, el secretario de Estado abogó por «mejorar la situación de las mujeres que perciben esa renta de supervivencia y que están en el umbral de la pobreza». La diputada socialista Isabel López i Chamosa reclamó mayor control, dado que «muchos viudos lo son sólo sobre el papel», en alusión a que tienen pareja y no se casan para no perder la pensión.

Los debates girarán, además, sobre el principio de contributividad. A juicio de Granado, es preciso «una mayor equidad entre lo aportado durante la vida laboral y la prestación recibida después». Nadie defendió retrasar más allá de los 65 años la jubilación ordinaria. Granado informó de que en 2008, el 57% de los retiros supera esa edad y que los avances para alargar el abandono real del mercado de trabajo, situado en torno a los 63 años, son escasos.

El portavoz popular, Tomás Burgos, apostó por revisar los incentivos para que los trabajadores se queden en su puesto aunque hayan cumplido los 65 años. El secretario de Estado respondió que la Seguridad Social carece de medios para conceder más estímulos.

Todos se mostraron proclives a impulsar la previsión social complementaria. La excepción fue Gaspar Llamazares, de IU, quien advirtió de que no se debe permitir que con la crisis proliferen «los vientos que apuestan por la privatización del sistema». Burgos rechazó esos «enfoques apocalípticos», mientras Granado resaltó la importancia de la previsión social complementaria en la negociación colectiva para beneficio de los salarios medios.

Por otro lado, el representante del Gobierno explicó que la exclusión de los prejubilados de la lista de desempleo (adelantada por el ministro Corbacho el lunes) se discutirá en el diálogo social.