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Cinco años de prisión tras recibir un paquete con coca controlado por Vigilancia Aduanera

Lo que a simple vista parecía una lata de aceite de oliva resultó ser el continente de una partida de cocaína que recorrió miles de kilómetros hasta llegar a la oficina de Correos de El Puerto, en la Plaza Polvorista. El envío camuflado de droga no burló los controles fronterizos en Alemania, lo cual desembocó en la detención de su dueño en la ciudad portuense y en una condena de cinco años de cárcel que le acaba de imponer la Audiencia Provincial.

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Edwin Alberto Fernández Bravo, natural de Perú y residente en El Puerto, era el destinatario de ese paquete. Pero no sabía, cuando fue a recogerlo, que la lata de aceite estaba siendo controlada desde Alemania. Cuando la tuvo en sus manos, funcionarios de Vigilancia Aduanera que estaban esperando al traficante, lo apresaron. Esta sucesión de hechos, ocurrida el 5 de noviembre del año pasado, ha quedado probada para el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia que lo ha sentenciado por un delito contra la salud pública.

En el fallo judicial se relata cómo la droga fue detectada en la aduana del aeropuerto de Fráncfort, donde había hecho escala un vuelo procedente de Buenos Aires y con destino a Madrid el 22 de octubre de 2007. Las autoridades aduaneras confirmaron que en el interior del paquete, que hasta entonces formaba parte de un correo ordinario, había una sustancia blanquecina que resultó ser cocaína. Había, además, una pista sólida y era el nombre del condenado y una dirección de El Puerto como destino final de la mercancía.

Desde Alemania se alertó a la Subdirección General Operativa del Departamento de Aduanas española para que controlaran el paquete a su llegada a Madrid sin levantar ningún tipo de alarma que ahuyentara a los traficantes. Vigilancia Aduanera se hizo cargo de la falsa lata de aceite cuando llegó a Barajas y se alertó a los trabajadores de la oficina de Correos de El Puerto, que lo introdujeron en el circuito normal de entrega de correspondencia para que el destinatario no sospechara.

Edwin Alberto Fernández, según la sentencia, recibió el aviso oficial de llegada del paquete a la dirección que constaba y ese mismo día fue a recogerlo a la Plaza Polvorista. Justo cuando salía de Correos fue detenido.

Durante el juicio, el procesado, de 39 años y al que no le constaban antecedentes penales, negó conocer el contenido del paquete. Explicó al tribunal que había conocido a una persona por internet que le había pedido un favor: recoger un paquete para que se lo entregara a un familiar, de avanzada edad, que residía como él en El Puerto. Esta persona le aseguró que eran unos papeles relacionados con un contrato de trabajo, alegó en el juicio.

Para los jueces esa versión «no se sostiene» y ven en las medidas de seguridad que adoptó el procesado -aportar la dirección de su suegra en lugar de la suya como destino de la lata- o que no sospechara de un desconocido, pruebas suficientes de que sabía que su contenido eran 234 gramos de coca -valorados en más de 14.000 euros-, que iba a vender en El Puerto.