Efectos secundarios
Aumentan las constructoras que presentan suspensión de pagos y hay que reconocer que esa no es la mejor manera de construir un país. Por otra parte, que por cierto da al mismo sitio, crecen las peticiones para ingresar en el Ejército, lo que constituye un objetivo del Gobierno desde hace una larga temporada. Vaya lo uno por lo otro y vayan por Dios las dos cosas. Parece que más de la mitad de los españoles valora positivamente que haya soldaditos nuestros en Afganistán, a pesar de los atentados, pero mejor todavía lo valoran nuestras autoridades. Un poeta turco se preguntó «¿qué no habremos hecho por esta patria? Algunos de nosotros hemos muerto. Otros hemos pronunciado discursos». No deja de ser curioso que el ardor guerrero rara vez acometa a los que suelen sufrir ardor de estómago. No me refiero a la vocación militar, que esa viene por otros caminos, sino a la decisión de alistarse para cobrar unas monedas que por algo se llaman soldada. En otros tiempos de nuestra convulsa vida nacional, las familias pudientes delegaban el honor de servir a la patria que tenían sus hijos en los hijos de los pobres. Se inventaron los soldados de cuota, que eran los que evitaban ser soldados. En el argot eso era denominado como «librarse de la mili». Total, que los que daban hasta la última gota de su sangre eran muchachos pobres a los que se les había acabado hasta la última perra gorda.
Actualizado: GuardarEmpiezan a advertirse los efectos secundarios de una crisis que no sabemos cuándo terminará. De ningún modo es el peor que aumente la afiliación a las fuerzas armadas, ya que el más grave es que crezca la afiliación a la delincuencia. Lo que habría que considerar -palabra que etimológicamente viene de mirar a las estrellas-, es el grado de voluntariedad de ambas actitudes. ¿Por qué unos se deciden por las armas y otros por los cuchillos cachicuernos? Eso nos metería en un berenjenal de difícil salida y ya estamos inmersos en bastantes. Lo que hace falta es salir con bien al menos de algunos de ellos. Después de los efectos secundarios vendrán los primarios, hasta ahora no debidamente analizados. Sólo sabemos que nos han hecho muy mal efecto.