El fuego gana la batalla en California tras siete días de llamas
Los bomberos admiten su incapacidad para controlar los incendios por tierra y sólo los combaten desde el aire
Actualizado:Casi siete días de llamas y ahora, también, el humo. Los incendios que devastan el sur de California siguen activos y no se espera que los bomberos consigan extinguirlos, por lo menos, hasta mediados de semana porque las fuertes ráfagas de viento retroalimentan los focos en la región de Los Ángeles y del condado de Orange, donde hasta ayer habían destruido cerca de ochocientas viviendas, devastado más de 142.000 metros cuadrados de terreno y obligado a evacuar a cerca de 50.000 personas, aunque todavía no se ha registrado ninguna víctima mortal.
Pero, la mayor preocupación del estado que gobierna el republicano Arnold Schwarzenegger era anoche el humo que invadía gran parte de su territorio. Una inmensa nube cubría el cielo y ello llevó a las autoridades sanitarias a recomendar a personas con afecciones respiratorias, enfermedades cardiacas, ancianos, niños y embarazadas a utilizar mascarillas. Asimismo, la circulación se ha visto dificultada en las autopistas que rodean Los Ángeles por la escasa visibilidad que provoca la ceniza que flota en el aire.
Varios colegios de los valles de San Fernando, Long Beach, Corona y Chino Hills, las montañas de San Gabriel y la costa noroeste de Los Ángeles se han visto obligados a cerrar y en todos los centros de la zona fueron suspendidas las actividades al aire libre. El humo también provocó la desconvocatoria del maratón de Pasadena, que tenía previsto celebrarse ayer.
La batalla contra el incendio, denominado 'Triangle complex' porque la zona afectada se asemeja a la figura geométrica, se centraba anoche en Riversale, donde 3.500 viviendas se encuentran amenazadas por el fuego.
El combate de momento es sólo aéreo, mediante la irrigación de la zona con una sustancia química de color rojizo que dificulta la combustión. Además, muchos vecinos, desoyendo las recomendaciones de que abandonen la zona, mojan los tejados de sus casas mediante mangueras para intentar salvarlas.
Los 1.200 bomberos movilizados para acabar con los incendios no pudieron evitar que ayer las llamas acabaran con el poblado de caravanas de Sylmar, donde 630 resultaron calcinadas. La Policía cree que no se registraron víctimas, pero perros adiestrados examinaban anoche los restos de las viviendas móviles destruidas.