«Machu Picchu no me desagrada pero prefiero que me digan Currito»
La joven promesa argentina se «siente satisfecho» por su actuación ante el Alavés, pero es consciente de la dificultad que tiene ahora de entrar en el equipo
Actualizado: GuardarLa goleada del pasado domingo dejó muchas cosas positivas. La principal, tres puntos que sirvieron para que el Xerez escalara hasta la segunda plaza de Segunda División. Pero tras la magnífica imagen dejada por los hombres de Esteban Vigo se encuentran pequeños detalles que aliñaron un partido para el recuerdo. Uno de los que añadió picante a la manita endosada al Alavés fue Brian Sarmiento. La joven promesa argentina logró su primer gol en el fútbol europeo, obviamente, su estreno goleador como xerecista, que celebró por todo lo alto. El delantero trató de mantener el respeto al rival, pero no pudo contener su fiesta interior y celebró el quinto tanto por todo lo alto. «Tenía claro que el primer gol se lo dedicaría a la afición por cómo me han recibido», relata Sarmiento. «Desde el primer momento me han tratado bien y se lo tenía que dedicar a ellos. Hubo un instante en el que pensé no ir hacia la grada y quedarme en el lugar porque los rivales se lo podían tomar un poco mal, pero en realidad me daba igual. Fui hacia la grada porque se lo merecen».
La felicidad del argentino llega tanto a nivel individual como colectivo, porque esta semana todo a funcionado. 24 horas después del encuentro sólo podía caminar con una sonrisa en los labios. «La verdad es que me siento muy bien. Estoy muy contento porque el equipo está funcionando de la mejor manera. A nivel personal me siento satisfecho por haber logrado marcar un gol».
Hacía mucho que Brian no sentía en primera persona la satisfacción de lograr un gol. De hecho, casi no recordaba cuando mandó por última vez el esférico al fondo de una portería. «Creo que el último gol que marqué fue de tiro libre en el segundo equipo, allá en Estudiantes de la Plata. Hace ya mucho tiempo, no recuerdo exactamente cuanto hace, pero la verdad es que estoy muy contento porque pude ayudar al equipo también».
Al argentino le están llegando muy poco a poco los minutos, pero es algo que ya tiene asumido. Ahora le toca disfrutar después de un buen fin de semana. «Uno siempre está contento si juega, y más todavía si logra marcar. Tenía muchas ganas de marcar mi golito para que la gente vea que les respondo por todo lo que me están dando».
El último tanto logrado en Argentina lo recordaba a duras penas, pero el anotado el domingo lo tiene grabado a fuego en la mente. «Justo hay un rechace en el segundo palo, que yo siempre tengo que acudir al palo largo. Me calló y le pegué. Le di fuerte arriba porque era la única manera de que entrara ya que el portero me la iba a tapar. Después salté la valla pero no sabía qué hacer. No sabía si ir al público o tirarme al piso, pero al final fui y se lo dediqué a la grada».
Minutos antes de que celebrara su primer tanto, cuando todavía calentaba en la banda, desde el fondo sur se reclamaba su entrada al campo al grito de: «¿¿¿Machu Picchu!!!». Algo que no termina de gustarle. Él prefiere algo mucho más jerezano: ¿Lo de Machu Picchu era para mí? ¿No sé si era para mí? Prefiero que me digan Brian o Currito, pero bueno tampoco me desagrada». Y es que Brian se siente muy cómodo y se ha adaptado rápidamente a la vida jerezana. De hecho, pidió consejo a su grupo de amigos para que le ayudaran a encontrar un nombre típico de la ciudad, algo castizo y jerezano. De ahí lo de Brian, Er Currito, Sarmiento.
El argentino está muy agradecido por todo el cariño que le está dando la afición xerecista. «Cuando uno está fuera siempre es muy bonito sentir el calor de la gente antes de entrar. Estoy muy contento por eso», pero también reconoce que «fue medio extraño entrar con el partido roto, con un 4-0. Ellos estaban ya un poco desorganizados y no estaban haciendo un juego bueno. La verdad es que yo entré con muchas ganas, con mucha ilusión y con la intención de jugar entre líneas y hacer el trabajo que me pidió el míster. La idea era pedir la pelota entre líneas y llegar al fondo, y salió bastante bien».
Sarmiento, estaba ansioso por saltar al campo. Sabía que estaba ante su oportunidad. «Yo lo que quería era entrar en el campo y marcar, como siempre digo, para la gente. Veia que tenía la posibilidad de marcar porque había muchos huecos, un hombre menos y parecía que era sencillo lograr un tanto».
Ahora surge la interrogante: ¿Cambiará esto su situación? «No, no sé. Eso lo tiene que ver el míster. El equipo está actuando de maravilla y si logramos mantener esa línea vamos a dar qué hablar».
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