sin techo
La cara oculta de la sociedad ofrece múltiples vivencias de personas maltratadas por la vida, que por una u otra causa, se han visto obligadas a resistir de manera heroica las adversidades.
Actualizado: Guardar Faltan seis días para que se celebre el Día de los Sin Techo, una circunstancia que afecta a un buen número de personas que tienen a sus espaldas un pasado que les ha marcado, un presente incierto y un futuro nada halagüeño, que deben saber llevar para no caer en la desesperación.
En tiempos de crisis como los actuales quizás estamos más sensibilizado por la situación de este colectivo que sólo cuenta con la ayuda social de asociaciones de beneficencia y de las administraciones públicas. Nadie está a salvo de caer en una circunstancia similar a la de las personas que han pasado por las páginas de LA VOZ en los últimos días, relatando sus vivencias y los avatares que sufren para hacerse fuertes ante las adversidades y sobrevivir cada noche al frío o al calor, en función de la estación que impere al tener como único techo el cielo.
El hecho de que exista un día para reivindicar la situación de estos ciudadanos es síntoma de que la sociedad reconoce la necesidad de encontrar solución a su gran problema, que desgraciadamente no suele ser el único, la falta de un techo donde protegerse, no sólo de la climatología, también de los que amenazan su tranquilidad con ataques despiadados a estas personas olvidadas muchas veces y que salen a la luz pública cuando ocurre alguna desgracia, como la que le sucedió a una mujer mientras dormía en el interior un cajero en Barcelona. jaguilar@lavozdigital.es