Cayo Lara (centro), Marga Sanz y Willy Meyer aplauden tras la votación de la Asamblea. / EFE
ESPAÑA

Izquierda Unida sale de su Asamblea dividida y sin coordinador general Una coalición en caída libre

El Consejo Político, en el que el PCE logró mayoría, elegirá en diciembre al nuevo líder de la coalición

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El horizonte de Izquierda Unida parece lleno de nubarrones negros. La IX Asamblea Federal se cerró ayer en falso y concluyó sin nuevo coordinador general al no llegar a ningún acuerdo los tres sectores con más representación dentro de la coalición. Ahora será el Consejo Político salido del cónclave, que se completará en los próximos días con los nombres que elijan las federaciones territoriales, el que decida en el plazo de un mes quién dirigirá a IU en la etapa posterior a Gaspar Llamazares.

A primera hora de ayer, el cielo pareció aclararse al salir a la palestra el tan ansiado nombre de consenso que pedía el sector gasparista y que la denominada tercera vía o Nacional II, del senador Joan Josep Nuet, no veía con malos ojos. Se trataba del teniente de alcalde del Ayuntamiento de Mallorca Eberhard Grosske, número dos de la candidatura gasparista, encabezada por Inés Sabanés, portavoz de IU en la asamblea de Madrid.

Sin embargo, la lista comunista, encabezada por Cayo Lara, se cerró en banda desde un primer momento al considerar «continuista» la opción de Grosske y aventuró, ya entrada la mañana, que no «forzaría» el nombramiento de un nuevo coordinador general, dando por hecho que iba a hacer valer el peso de su candidatura en la elección vespertina de los 800 delegados de la asamblea.

Esta negativa, más o menos esperada, cayó como un jarro de agua fría en las otras dos familias. El propio Joan Josep Nuet, que ya había dejado claro el sábado que si no había consenso no pactaría ni con el PCE ni con los gasparistas, salió a medio día a la luz pública para reconocer que no habría coordinador en esta asamblea. El senador catalán, partidario de un 'triunvirato' en la dirección de la coalición, recordó que su lista seguirá siendo la «llave» para aprobar un nuevo líder y que ésta seguirá guardada en una «vitrina».

La lista del PCE, liderada por Cayo Lara, coordinador general en Castilla-La Mancha, fue la más apoyada en la asamblea al obtener 329 votos de los 800 en juego, lo que supone 39 representantes en el nuevo Consejo Político Federal, órgano directivo que elegirá en un mes la nueva dirección de la coalición. El sector gasparista consiguió 207 votos y 25 representantes en dicho consejo, mientras que la tercera vía logró 17 miembros gracias a sus 147 votos.

Completaron el Consejo Político cinco miembros de Ezker Batua, la sección vasca de IU, y cuatro de la corriente minoritaria del andaluz Juan Manuel Sánchez Gordillo, del Colectivo de Unidad de Trabajadores.

Dicho órgano confederal lo forman 180 dirigentes de la coalición, pero la asamblea sólo eligió a 90, ya que la otra mitad la determinarán las federaciones territoriales en los próximos días. Estas agrupaciones también permanecen divididas en torno a las tres familias, por lo que todo parece indicar que la escisión seguirá presente en la nueva IU.

Tras la votación de los delegados presentes en el cónclave, celebrado en la localidad madrileña de Rivas Vaciamadrid, formarán parte del Consejo Político nombres como Felipe Alcaraz, Enrique de Santiago, Willy Meyer o Marga Sanz, del PCE; Eberhard Grosske, Rosa Aguilar o Gaspar Llamazares, de IU Abierta; o Ángel Pérez y Joan Josep Nuet de la Tercera Vía. Una comisión. coordinada por Cayo Lara, dirigirá la coalición hasta la elección del nuevo líder. Julio Anguita, siempre aficionado a los aforismos, definió en la Asamblea la caótica situación de Izquierda Unida: «De aquellos polvos vinieron estos lodos».

El ex coordinador de la coalición se refería a sus sucesores como los responsables del barrizal, pero lo cierto es que la formación de izquierdas, que nació para ser la alternativa progresista a un PSOE escorado al centro por necesidades de gobierno, está en caída libre desde 1996 por designio del electorado.

IU se constituyó en 1986 sobre los restos del naufragio del PCE de Santiago Carrillo, que, tras obtener 23 escaños y el 10,8% de los votos en las elecciones de 1979, cayó en picado en 1982, año de la victoria socialista de Felipe González, y sólo consiguió 4 parlamentarios.

Los electores apreciaron el cambio y la nueva coalición fue subiendo poco a poco en las siguientes pruebas electorales hasta que, de la mano de Anguita, alcanzó de nuevo el 10,5% de respaldo electoral y logró 21 diputados en 1996, cuando el PP de José María Aznar ganó los comicios y el PSOE entró en crisis.

La bonanza duró poco y en 2000 perdió la mitad de los votos cosechados cuatro años antes. De la mano ya de Gaspar Llamazares, no logró remontar y en 2004 sólo el 5% de los votantes apoyaron las siglas de izquierdas. Parecía difícil empeorar, pero en las elecciones del pasado marzo llegó la debacle. Un 3,8% de apoyo popular y dos diputados. Por primera vez, la formación quedaba sin grupo parlamentario propio.