El fiscal jefe de Córdoba pide rebajar la edad penal a los 12 años
El fiscal jefe de Córdoba, José Antonio Martín-Caro, puso ayer de manifiesto la necesidad de rebajar la edad penal a los 12 años porque, desde su punto de vista, «hay chicos que empiezan desde muy temprano con conductas peligrosas para la sociedad y, o se empieza a trabajar pronto con ellos, o ya después se hace difícil». Martín-Caro explicó que la Fiscalía de Córdoba lleva planteando esto hace muchísimos años porque, a su parecer, «poco se puede hacer» con un menor «que viene ya torcido desde los 12 años». Recordó que desde 1992 hasta 2000 fue fiscal de menores, y hubo una etapa en la que se aplicaba la legislación anterior, que abarcaba de 12 a 16 años, por lo que sabe por experiencia lo que es trabajar con menores de 12 a 14 años.
Actualizado: GuardarA su juicio, es «ilógico que el niño menor de 14 años que hace una auténtica barbaridad no tenga ninguna respuesta en el ámbito de la responsabilidad penal». Aclaró que «no se está hablando de una actuación indiscriminada con chicos de 12 años, sino de que, al menos, se pueda trabajar con los casos más graves. Nadie puede pensar que un niño de 12 años no es capaz de hacer una barbaridad».
Madurez
Afirmó que «en esos casos debería poderse actuar, ya que en este momento no se puede intervenir de ninguna de las formas». «Sólo cabe lo que la legislación autoriza en la actuación por la vía de protección, que básicamente consiste en ver si está escolarizado, si tiene su familia pendiente de él y poco más». Así, cree que es un «disparate» que, por ejemplo, la legislación española sitúe en 13 años la edad en que una persona puede dar su consentimiento para tener relaciones sexuales. Es decir, se considera que con esos años, por ejemplo «una chica es suficientemente madura para saber si puede otorgar o no su consentimiento para tener relaciones sexuales, con todo lo que lleva implícito». Sin embargo, esta misma chica «hace una barbaridad con la misma edad y la ley considera que no es suficientemente madura».
