Ciudadanos

San Fernando, Cádiz, Sevilla

TRIBUNA Las ciudades de San Fernando, Cádiz y Sevilla conforman, para la historia democrática y política de Andalucía, el triángulo del parlamentarismo desde que hace dos siglos, en octubre de 1810, las Cortes Generales y Extraordinarias se reunieron por primera vez en nuestra tierra, en la Isla de León, para escribir páginas históricas, con tinta caliente por la turbulencia política y bélica de la época.

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El Parlamento de Andalucía celebró su primera sesión fuera de la sede del viejo hospital sevillano de las Cinco Llagas en Antequera en 1998, punto de referencia asimismo para nuestra historia democrática por acoger en 1978 la firma del Pacto con el cual once formaciones políticas impulsaron el proyecto autonómico. Quiero anunciar, a este respecto, que el próximo 4 de diciembre volverá a reunirse la Cámara en esa ciudad, para así señalar los 30 años de la efeméride.

Y en 2003 se dio cita el Parlamento andaluz en Cádiz, en la capital de la Constitución de 1812, en el oratorio de San Felipe Neri que es templo laico de nuestros modernos derechos y libertades.

Es por tanto ineludible y de justicia que la institución representante de la soberanía popular, culmine su tributo a los enclaves históricos de nuestra trayectoria parlamentaria en la antigua Isla de León, en la ciudad de San Fernando.

Hoy se celebra un pleno institucional que viene enmarcado por la brillante idea de celebrar el Bicentenario de la Constitución de 1812, para lo cual se ha constituido un Consorcio ya inmerso en numerosas iniciativas. Y todavía aumenta la carga simbólica de este acto por coincidir con el aniversario de uno de los primeros decretos aprobados en el ahora Real Teatro de las Cortes: el decreto de libertad de imprenta.

La democracia parlamentaria no tiene posibilidad de existencia sin el pleno vigor de uno de los derechos fundamentales que recoge cualquier Constitución: el de libertad de información y expresión. Así lo entendieron desde el principio los diputados que, en noviembre de 1810, prácticamente iniciaron sus trabajos en San Fernando con un decreto que ponía fin a siglos de censura.

Hoy, Parlamento y medios de comunicación son simbióticos. Para diputados y diputadas, estos canales de información suponen hoy día el conducto que los une de forma más eficaz con la ciudadanía. Es por tanto necesario reconocer a los medios andaluces, por su vigor y por su vocación de independencia e imparcialidad. Algo, esto último, que no puede considerarse complemento, sino médula misma de su condición.

Los medios tienen una alta responsabilidad cuando la perspectiva se sitúa en el Poder Legislativo: ser capaces de trasladar a la ciudadanía, no la espuma, sino la sustancia del trabajo parlamentario. Al igual que, recíprocamente, sus señorías deben hacerse entender por la sociedad, comunicar los frutos del Parlamento, tan fundamentales para la calidad, para la misma vida, democrática: aprobación de normas y control de la labor del Gobierno.

De todo ello se hablará hoy en la Isla de León. Para una localidad con la historia parlamentaria que acredita San Fernando, se trata de escribir una nueva página. Pero, para el Parlamento de Andalucía, estamos ante una emocionante jornada.

Ante un día que debe servir de reflexión sobre nuestra historia, y quiero señalar en particular los últimos 30 años de Andalucía, pues han sido millones los andaluces que se movilizaron y lucharon por poder contemplar a su tierra con estas altas cotas de autogobierno.