Opinion

AURELIO SÁNCHEZ RAMOS DIPUTADO NACIONAL DEL PP POR CÁDIZ El paro

La consecuencia más negativa de esta crisis, por fin reconocida por el Gobierno, es la tragedia social y familiar de la pérdida masiva de empleo por lo que es imprescindible acometer otras políticas que frenen esta dinámica. Seis mil parados más cada día en España son seis mil dramas familiares que ya suman dos millones ochocientos mil. Cada vez son más las familias en la que todos sus miembros están en paro. La última encuesta del CIS refleja que el paro es el principal problema que tenemos los españoles.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El presidente Zapatero en una reciente comparecencia en el Congreso para analizar la situación económica dijo que no presentaba ningún paquete de medidas porque era innecesario a lo que Rajoy le espetó que a qué venía entonces. Ya anteriormente había rechazado en sede parlamentaria un paquete de medidas propuesto por el PP con el peregrino argumento de que prevenían del PP, y que eran demasiadas. El Gobierno, desde que propuso la deducción de los 400 euros en el IRPF, con un coste de 5.400 millones y ningún beneficio para la economía, a la vez que injusto en su reparto, no ha parado de dar tumbos pero sin ninguna eficacia en sus propuestas y la mayoría pendientes de ejecutar y sin ningún convencimiento de su validez.

Baste recordar la solución del ministro Sebastián de repartir 25 millones de bombillas este año y otras tantas el próximo, que hasta ahora brillan, pero por su ausencia. Obligado por el avance imparable de la crisis y por sus consecuencias, y a la vista de las medidas tomadas por otros países, el gobierno ha comprometido un paquete de ayudas al sector financiero por el que ha comprometido avales por 100.000 millones de euros y ha anunciado un fondo de 50.000 millones para adquirir activos de bancos y cajas. Aun no han entrado en vigor, pero ya se critica su falta de control y transparencia, así como que no figuran como beneficiarios ni las familias ni las pymes que es una exigencia del PP para mantener dinámica la economía de esos grupos. La mayoría de los partidos políticos y agentes sociales han calificado de insuficientes las medidas del gobierno porque no contemplan acciones especificas para generar empleo.

Otros datos económicos conocidos son tan malos como los del paro y lógicamente causantes de éste, pero Zapatero rápidamente afirmó que la industria y los servicios serian los sectores que tomarían el relevo de la construcción pero precisamente éstos han presentado las mayores caídas desde 1.993. Otra afirmación del Presidente es que mantendría el superávit de las cuentas del Estado y en lo que va de año no sólo se ha gastado los 11.800 millones de euros de éste, sino que ya registra un déficit de 14.600 millones. Es asombrosa la facilidad de Zapatero para hacer grandes declaraciones y ofrecer compromisos sin tener garantías de poder cumplirlos. Le sirve para salir del paso momentáneamente y luego siempre busca un culpable que lo justifique, como con esta crisis de la que culpa a EEUU. Oculta que una cosa es la crisis financiera internacional -que afecta a todos los países- y otra la crisis económica que afecta de forma diferente a cada país en función de las medidas que internamente haya tomado. En España, por motivos electorales, el Gobierno negó su existencia y negó que fuera a afectarnos, según Zapatero por la magnífica situación económica que teníamos y porque éramos el país que más empleo creaba de Europa y por ello no se tomaron medidas. Hoy, sólo unos meses después, somos el país europeo con más paro y con peor situación económica.

También hemos dicho que necesitamos un Gobierno que no esté sólo pendiente del eslogan y de salir del paso y que sea capaz de una estrategia a corto, medio y largo plazo, ya que cada día tenemos un nuevo dato y más trágico y se necesitan soluciones urgentes. Si con 2.800.000 parados la situación es muy grave, más lo será con la que se nos viene encima según las previsiones de la UE de incremento del paro y de recesión económica para nuestro país. No nos vale con incrementar un 25% la partida destinada en los PGE para pagar el desempleo y venderlo como un cumplimiento del compromiso social del gobierno, porque el pago de las prestaciones por desempleo no es un compromiso del gobierno sino un derecho de los trabajadores por su cotización. Aprovechan esa cuantía, que es nada menos que de 180.000 millones de euros para pagar el desempleo, para vanagloriarse de que mantienen muy alto el gasto social, que realmente no sube como tal, y sorprende que no se intente en esos presupuestos invertir más para crear empleo y evitar así tener que pagar desempleo. También condenamos que en vez de políticas activas de empleo se utilicen argucias para evitar que figuren en las listas de desempleados una serie de personas que tienen perfecto derecho a ello, como son los jóvenes parados que buscan su primer empleo, las mujeres que deciden no trabajar después de la maternidad hasta que su hijo cumpla 3 años, los menores de 45 años sin cargas que hayan tenido un contrato no superior a 6 meses, los trabajadores agrarios de Andalucía o los desempleados que participan en cursos de formación, como los 1.400 parados de Delphi que no figuran en las listas de paro registrado en Cádiz. Con estas triquiñuelas podrán engañar las estadísticas, pero no el drama humano que hay detrás de cada número y con estas actuaciones el gobierno demuestra su poca sensibilidad con el problema y la falta de compromiso para tomar medidas eficaces que pudieran poner en peligro su permanencia en el gobierno que, como han demostrado en la gestión de esta crisis, es lo único que les importa.