Los Presupuestos salvan un nuevo trámite en un Congreso desierto
El presidente José Bono mostró su malestar por la escasa afluencia de diputados al debate en el hemiciclo
Actualizado: GuardarEl proyecto gubernamental de Presupuestos Generales del Estado para 2009 fue aprobado ayer en el Congreso gracias a los votos de los diputados socialistas, del PNV y del Bloque Nacionalista Galego. Los debates a las enmiendas parciales al texto fueron seguidos, como todos los años, por una menguada parroquia, un hecho que llevó al presidente de la cámara, José Bono, a mostrar su malestar.
«Se ve que Bono es novato en los debates de Presupuestos», comentó con sorna un diputado socialista en el patio de Las Cortes. Esa es la única razón, a su juicio, para que el presidente del Congreso se quejara por la escasa afluencia en el hemiciclo. Éste fue el primer debate de Presupuestos que dirige el ex presidente de Castilla-La Mancha y ex ministro de Defensa, muy celoso del respeto a las formas institucionales. Bono expuso su desazón cuando a media mañana propuso al pleno cambiar el orden de discusión de los capítulos presupuestarios; en ese momento, habría unos 60 diputados en los 350 escaños que tiene el Congreso. Logró la conformidad de los asistentes y sentenció: «La opinión de los presentes es mucho más importante que la de los ausentes».
La situación no es nueva. Se repite todos los años ya que las enmiendas parciales han pasado por el tamiz de la Comisión de Presupuestos y en el pleno se repiten los argumentos.
Además, son asuntos tan particulares -una carretera, un refugio de montaña, un instituto, un saneamiento, el uso de un cuartel- que a su debate sólo asisten el ministro del ramo y los diputados afectados de forma directa. El resto suele seguir lo que sucede en el hemiciclo desde sus despachos por el circuito cerrado de televisión.
Sobre mojado
El problema es que llueve sobre mojado. La portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, levantó la liebre el pasado 30 de octubre, cuando lamentó las numerosas ausencias de diputados de su grupo en la sesión de control al Gobierno de la víspera e invitó a los parlamentarios 'desertores' a «renunciar» a su escaño si no estaban a gusto. El caso no es patrimonio del Grupo Popular, y las filas socialistas también ralean en los plenos.
Las ausencias se transformaron ayer en una concurrencia masiva a las votaciones de los centenares de enmiendas que han llegado al pleno. Asistieron 347 de los 350 diputados del Congreso, entre ellos José Luis Rodríguez Zapatero con todos los miembros de su Gobierno que tienen escaño, así como el líder de la oposición, Mariano Rajoy, y toda su plana mayor.
La votación no deparó sorpresas. La 'entente' PSOE, PNV y BNG funcionó a la perfección y rechazaron todas las enmiendas del PP. Sólo aceptaron las acordadas entre sí. Además, CiU llegó a acuerdos con los socialistas para que se aprobasen partidas por 37 millones de euros; ERC consiguió pactar enmiendas valoradas en 12 millones; IU-Iniciativa per Catalunya, 38 millones: y Coalición Canaria, 25 millones.