El Gobierno ya admite la recesión y revisará a la baja la previsión de crecimiento para 2009
El servicio de estudios del BBVA prevé una caída del PIB del 1% el próximo año con un alza del déficit público que puede llegar al 4%
Actualizado: GuardarLa fuerte caída de la actividad ya tiene un refrendo oficial. El secretario de Estado de Economía, David Vegara, cree «razonable» que el Producto Interior Bruto sufra un descenso del 0,2% en el tercer trimestre de este año respecto al precedente, un dato ya adelantado por el Banco de España y que seguramente confirmará el Instituto Nacional de Estadística en el avance que tiene previsto difundir mañana. En declaraciones a los medios, Vegara fue algo más allá. Reconoció que el Gobierno revisará a la baja la previsión de crecimiento del PIB, estimada en el 1%, para el año próximo, cuando actualice el programa de estabilidad que España presenta cada ejercicio en Bruselas, algo que lleva a cabo todos los años en el mes de diciembre.
Que la economía española está al borde de la recesión no es una sorpresa. Lo anticiparon otros expertos, como los que integran el panel de la Fundación de las Cajas de Ahorros, y el servicio de estudios de BBVA dio a conocer ayer unas proyecciones claramente a la baja respecto a su estimación precedente. Ahora calcula que van a sucederse cinco trimestres consecutivos de caída intertrimestral del PIB -desde julio de este año a octubre de 2009- lo que, en el más positivo de los escenarios analizados, representará un descenso medio del 1% interanual en el próximo ejercicio.
José Luis Escrivá, economista jefe del servicio de estudios de la entidad bancaria, explicó que el panorama económico se presenta oscuro, tirando a negro. Avanzó que la proporción de desempleo podría llegar al 16,8% sobre población activa a finales del próximo año, si bien la tasa media anual se quedará en el 15,5% en el conjunto del ejercicio. La destrucción de empleo rondará los 750.000 puestos en el acumulado del próximo ejercicio. Y las cuentas públicas, acuciadas por los menores ingresos y los mayores gastos de las coberturas sociales, elevarán el déficit de las Administraciones hasta una relación equivalente al 4% del Producto Interior Bruto.
Los tipos, un alivio
Escrivá aportó elementos positivos a esta proyección casi catastrofista. Estimó que el Banco Central Europeo bajará de forma continuada los tipos de interés hasta dejarlos en el 1,5% -un récord histórico- en la recta final de 2009. Pero el Euríbor a un año todavía tendrá que soportar una prima de riesgo, consecuencia de la sequía de los mercados del dinero, de manera que por esas mismas fechas se quedará algo por debajo del 2,5%, pronosticó.
El banco ha calculado, por añadidura, el impacto que ese descenso puede tener en las economías domésticas. Los hogares endeudados podrán disponer de unos 6.000 millones de euros de renta adicional, gracias al menor pago de intereses. En su mano está optar por dedicar esta cantidad a incrementar el gasto, o destinarla al aumento del ahorro.
Ninguno de esos dos destinos es peor que el otro. Más consumo relanzará la actividad, en tanto un mayor ahorro podría reducir el déficit exterior que presenta la economía española, una factura especialmente gravosa en tiempos de sequía financiera y alto precio del dinero. Escrivá estimó que en el medio plazo todavía serán precisos recursos del exterior equivalentes al 5% del Producto Interior, frente al 10% que representan en la actualidad.
La otra buena noticia que los expertos pronostican es la continuidad, cuando no el descenso, del precio del barril de crudo. No obstante, el servicio de estudios de BBVA considera imprescindible, junto a las reformas del mercado laboral, y de otras que debieran conducir a un aumento de la productividad, que se instaure un nuevo modelo energético para reparar las actuales carencias.
La economía española retomará la senda del crecimiento en el año 2010, y podría llegar a una velocidad de crucero del 2,8% -más que suficiente para crear empleo neto- si se abordan algunas reformas sustanciales. Escrivá sugirió una rebaja temporal de las cotizaciones sociales, a compensar para mantener el equilibrio fiscal con un moderado incremento del Impuesto sobre el Valor Añadido. Explicó que en España la aportación de las empresas al sistema público por cada trabajador es superior a la del promedio de la zona euro, mientras que la fiscalidad sobre el consumo aún se sitúa ligeramente por debajo.
Puesto que ya no caben devaluaciones competitivas, resulta cada vez más necesario alinearse con las posiciones del resto de los países para que nuestra economía salga adelante, argumentó.