![](/cadiz/prensa/noticias/200811/13/fotos/040D4CA-DEP-P1_1.jpg)
Ramón Calderón mantiene a Schuster como el mejor escudo
Sólo una contundente derrota en Pucela podría acelerar su destitución
Actualizado: GuardarSalvo hecatombe en Valladolid que precipite los acontecimientos, Ramón Calderón pretende evitar a toda costa la destitución de Schuster a corto plazo porque sabe que el alemán es su mejor paraguas o escudo posible al menos hasta que el presidente se someta al juicio de los socios compromisarios del Real Madrid en la asamblea del 7 de diciembre. A partir de ahí, superado sobre todo el temido trago del Camp Nou del 14 de diciembre, ya sería más fácil para Calderón desprenderse del entrenador y desviar la atención con fichajes invernales que devuelvan la ilusión.
Entre los futuribles para el banquillo se barajan los nombres de Miguel Ángel Portugal, actual secretario técnico, Míchel, director de la cantera, el manchego Juande Ramos, libre tras ser despedido en el Tottenham, y Víctor Fernández, un ilustre en paro. Más a largo plazo gusta el francés Arsene Wenger, sobre todo si pudiera aterrizar junto al catalán Cesc Fábregas, una de las viejas promesas incumplidas de Calderón.
Schuster se ha quedado prácticamente sin apoyos en todos los estamentos del club pero el presidente asume que despedirle ahora le dejaría muy expuesto. Sería como reconocer que sólo dos meses después de arrancar la temporada ya se da por perdido el proyecto. El club confía en que el calendario de una tregua antes de ese cónclave con los socios. Tras el Valladolid, llegarán el Recreativo en casa, el Bate Borisov en Bielorrusia y el Getafe en el Bernabéu. Luego, los exigentes Alpes, con exámenes consecutivos ante Sevilla, Barcelona, Valencia y Villarreal.
El entrenador es carne de cañón desde la doble derrota ante la Juventus, pero mientras la afición apunte sobre todo al banquillo, Calderón encuentra un mínimo parapeto. Después de la exhibición de Del Piero en el Bernabéu, la directiva ya decidió que, pase lo que pase, el técnico no seguirá la próxima temporada, aunque tiene una opción de contrato hasta 2010. Se le acusa de errar en el dibujo asimétrico del equipo (sin banda derecha), de fallar en las rotaciones, de no trabajar el sistema defensivo ni las acciones de estrategia, de ser ajeno a la cantera y de mostrar un carácter agrio ante la opinión pública.
Fuentes del club aseguran que esta actitud parece dejar claro que Schuster está a disgusto y que vería incluso con buenos ojos su destitución, previo pago de unos cinco millones de euros de finiquito. La plantilla tampoco le entiende. Ante el Real Unión de Irún se sintió descabezada, ya que el técnico no entró en el vestuario de jugadores ni en el descanso ni al final del duelo. Tampoco bajó directivo alguno para animar o censurar a los futbolistas. Como ya ocurriera con Capello, cuando al final ganaron la Liga, los jugadores están dispuestos a dar un golpe en la mesa y hacer autogestión.