PAN Y CIRCO

A buenas horas

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las 21.15 de la noche. El domingo. A esa hora en la que la mayoría está pensando en que al día siguiente hay que madrugar jugará el Cádiz contra el Betis B. El Ruiz de Lopera acogerá finalmente a los amarillos mientras que el estadio de la Cartuja se reserva. Es curioso lo que sucede con esa instalación en la que no quieren jugar ni Betis ni Sevilla que para eso ya tienen sus sagrados coliseos. Pocos eventos deportivos se han celebrado en la Cartuja. Una final de la UEFA, un par de ellas de la Copa del Rey y la final de la Copa Davis que España ganó a Estados Unidos. Pero de eso hace ya cuatro años. Desde entonces escasas han sido las citas deportivas que se han celebrado en el mal llamado estadio olímpico. Lo que no se comprende es que ahora se quiera reservar el césped, que está en mal estado tras un reciente concierto, y no se permita que Betis B y Cádiz jueguen allí el domingo por la mañana. A esa hora muchos más aficionados se animarían a ir. Porque de momento, la decisión ya ha paralizado a la federación de peñas cadistas que ha renunciado a la organización de este desplazamiento por el precio de las entradas -20 euros- y la intempestiva hora del partido. Y puestos a imponer el Ruiz de Lopera como escenario, resulta absurdo que se ponga un encuentro tan tarde porque el primer equipo juega allí a las 17.00 horas. Con sesenta minutos de margen se puede desalojar el campo. Pero no, una vez más, la lógica no impera. No importa la hora, da igual la afición, lo que prima aquí es cuidar el césped de un campo que está siempre en el olvido. Un estadio al que no es ni mucho menos seguro que vaya a jugar la selección española. Un recinto gestionado por una sociedad de la que la Junta de Andalucía tiene el 40% y que no permite ahora que dos equipos andaluces disputen allí un partido. Si la Cartuja no está disponible, mejor hubiera sido elegir la Ciudad Deportiva del Betis porque al final la taquilla puede que no beneficie tanto a los verdiblancos.