EDUCACIÓN PARA TODOS. Nicholas Negroponte explica los detalles de su proyecto, ayer durante su presentación en Bilbao. / IGNACIO PÉREZ
Sociedad

«La mejor manera de ver el futuro es inventarlo»

Nicholas Negroponte, gurú de la era digital, presenta en España su ordenador de bajo coste La fundación que dirige ya ha repartido un millón de equipos

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«Predecir el futuro no es difícil. Basta con imaginarlo y lo más posible es que, en unas décadas, el futuro que has inventado se haya hecho realidad». Lo afirma Nicholas Negroponte, uno de los más destacados gurús tecnológicos de la actualidad, que llegó ayer a Bilbao para inaugurar la Semana de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación que estos días se celebra en el País Vasco.

El congreso tiene como objetivo promover la cultura de la innovación y nadie mejor que Nicholas Negroponte para hablar de ello. En 1995, este ingeniero informático de 65 años publicó Being Digital (Ser digital), una obra de culto entre los informáticos en la que predijo las pautas y evolución de lo que es hoy internet. Este estadounidense de origen mediterráneo es, entre otras cosas, el fundador de Media Lab, laboratorio de investigación puntero adscrito al Centro Tecnológico de Massachussets (MIT).

Durante su intervención en el palacio Euskalduna de Bilbao, Negroponte destacó la diferencia de opiniones y la heterogeneidad como puntos de partida fundamentales para cualquier proceso innovador. Asimismo, criticó las ataduras que supone ceñirse a un procedimiento demasiado restrictivo en el trabajo y la costumbre de muchas empresas y sociedades de «estigmatizar el fracaso». «El fracaso -sentenció- puede ser uno de los mejores métodos de aprendizaje, porque permite descubrir cómo hacer mejor las cosas». El fundador del MIT Media Lab destacó también el potencial de la mente de los niños y la necesidad de escucharles más a menudo para tener otro punto de vista de las cosas y ser más creativos.

Una luz en la aldea

Para Negroponte son precisamente los niños los que tienen en sus manos el poder de hacer avanzar una sociedad; por eso en 1991 se embarcó en varios proyectos humanitarios de educación infantil en países en vías de desarrollo. En 2001 su equipo, en el que participaban su esposa y su hijo, dotó a una escuela rural de Camboya de ordenadores con conexión a Internet. «Fue el comienzo -explicó-. La primera palabra que aprendieron los niños fue Google, pero lo que realmente fascinó a sus familias era que los ordenadores portátiles eran capaces de iluminar las casas de la aldea, que no disponían de luz eléctrica. Ahí fue donde comenzamos a pensar en un portátil específico para las regiones más desfavorecidas».

Sus esfuerzos culminaron cuatro años después con la creación de la Fundación Un Ordenador Por Cada Niño (OLPC, One Laptop Per Child por sus siglas en inglés). El objetivo de la Fundación era el diseño y la fabricación de un ordenador portátil de bajo coste con el que las escuelas de países en vías de desarrollo pudiesen educar a sus alumnos.

En noviembre de ese mismo año, una convención internacional sobre Internet y la brecha digital en Túnez sirvió para presentar el proyecto y en enero de 2006 se presentó el primer prototipo, auspiciado por la ONU, en el Foro Económico de Davos. La máquina verde o el portátil de los 100 dólares, como se le conoce popularmente, es un ordenador de tamaño minúsculo, ya que está pensado para las manos de un niño. Pesa la mitad que un equipo estándar y está preparado para ser usado en condiciones ambientales muy duras. Su pantalla, por ejemplo, ha sido diseñada para poder ser vista sin problemas bajo el sol, ya que, como comentaba ayer el propio Negroponte, «en muchas aldeas no hay escuela y los niños aprenden al aire libre».

Más frugales

Otro de los rasgos distintivos de este equipo es que sus baterías duran diez veces más que las de los convencionales, ya que todo el sistema está pensado para consumir catorce veces menos energía que el estándar recomendado por el programa Energy Star de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos. Para solventar la falta de red eléctrica, el primer modelo presentado por Negroponte se cargaba mediante una manivela.

Inopinadamente, el entonces secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, rompió la manivela durante su presentación en Davos. «Fue un momento maravilloso -bromeó Negroponte-. Annan se puso a dar vueltas a la manivela y se quedó con ella en la mano, pero es un tipo tan genial que siguió moviéndola como si no hubiera pasado nada. El incidente nos sirvió para darnos cuenta de que el sistema no era el más adecuado». En una nueva versión, el portátil cambió la manivela por un sistema dual de células fotovoltaicas y un cable retráctil, similar al de los motores eléctricos de las embarcaciones, del que se tira varias veces para ir recargando las baterías.

Internamente, el equipo funciona con una versión adaptada de la distribución Red Hat del software libre GNU/Linux. Este sistema operativo, sin ventanas como las de Windows, permite ejecutar un procesador de textos, escuchar música, ver fotos, jugar con software educativo y conectarse a otros OLPC mediante su antena Wi-Fi. El equipo es capaz de conectarse a Internet, pero Negroponte desestima esa posibilidad: «En países donde la conexión a Internet no existe o su precio supera con creces la renta básica de una familia, Internet no tiene tanto sentido». Las antenas wi-fi del portátil de los 100 dólares sirven para conectar automáticamente el equipo a otros iguales en su área de cobertura y que los niños puedan trabajar en grupo.

Un millón de portátiles

Los primeros países en sumarse a la iniciativa de la Fundación One Laptop Per Child fueron Argentina, Brasil, Libia, Pakistán y Tailandia. Negroponte destaca el papel crucial de los gobiernos a la hora de apostar por un proyecto tecnológico de esas características.

El fundador del MIT Media Lab se defiende de las críticas en el sentido de que un portátil no es prioritario en países donde hay otras necesidades más imperiosas. «No hablamos de dar un ordenador a un niño -explica-, hablamos de darle educación. Si el niño tiene hambre o está enfermo, por supuesto que la comida y las medicinas son prioritarias, pero la educación debe ser también tenida en cuenta como algo prioritario».

En la actualidad ya son 31 los países que se han sumado a la iniciativa One Laptop Per Child y la fundación ha distribuido 750.000 unidades, que llegarán al millón antes de que acabe el año.

Desde 2006, la presión de los consumidores de los países desarrollados hicieron que Negroponte tomara la decisión de vender también su equipo en el mercado convencional. Para ello puso en marcha el programa Da uno, consigue otro (Giva a laptop, get a laptop), por el que las personas que compren uno de estos equipos a un precio de 200 dólares estarán donando otro a países en vías de desarrollo.

El último modelo de portátil, bautizado como XO1, estará disponible en España a través de la página www.laptop.org. Como el propio Negroponte dice, el futuro está en manos de los niños.