Variaciones poéticas sobre Mutis
RevistaAtlántica se acerca en su número 32 al científico gaditano desde una perspectiva literaria
Actualizado: GuardarLa inquietud aventurera de Mutis, su afán por conocer nuevas formas de vida, tiene mucho de literaria. De todas las maneras posibles de aproximarse a la naturaleza, el botánico universal eligió una perspectiva científica que no excluía la observación espiritual, e incluso la mística o la metafórica, de las flores y plantas que descubría en sus viajes. Armonizó las dos miradas (la erudita y la lírica), sin que ninguna de ellas fuera en detrimento de la otra.
RevistaAtlántica se ha sumado en su número 32 al recuerdo que Diputación brinda a Celestino Mutis en el bicentenario de su muerte, y lo hace mediante una original aproximación poética que incluye un amplio abanico de voces «de diferentes estilos y generaciones, capaces de contribuir a la relectura de aquella flora hoy renovada, creciente y múltiple», según explica José Ramón Ripoll, subdirector de la publicación. Para ello, además de contar con las firmas de sus descendientes, Álvaro y Santiago Mutis, la revista ha ideado una expedición de la palabra que indaga en la biblioteca del gaditano y revive su voz a través de una selección de poetas colombianos actuales.
«No se trata de fijar ningún índice definitivo de nada, sino de una simple y natural cita abierta en torno a la figura del botánico», afirma Ripoll, quién matiza que para la propuesta se han ceñido a «poetas nacidos sobre el 45, con el objetivo de ofrecer los timbres más novedosos y, en algunos casos, menos conocidos en España, de la poesía colombiana». Algunos autores han elegido una de las especies descubiertas por Mutis como presentación de sus piezas. La ilustración de la Nitella flexilis encabeza El Hermano, de Elkin Restrepo, y la Scleria melaleuca presenta La Estatua de bronce, de Juan Manuel Roca, por ejemplo.
Memoria de Cádiz
«El tema central de Mutis ha servido como excusa para que muchos de los poemas que se recogen versen sobre su figura, la expedición, la flora o tengan como eje o pretexto la conciencia de la naturaleza, tan urgente y necesaria en estos tiempos del planeta», apunta Ripoll. En el apartado de Documentos, que toma la sección central de la revista, José Asunción Silva disecciona la situación de la poesía colombiana actual, Guillermo Angulo recrea el desembarco de Mutis en Cartagena y Juan Manuel Roca reflexiona sobre el ejercicio de la creación artística en un país golpeado insistentemente por la violencia.
Uno de los textos más significativos es, sin duda, la aportación de Álvaro Mutis, que bucea en sus recuerdos para relatar su memoria personal de Cádiz. «Oí muchas veces el nombre de Cádiz en casa de mis abuelos paternos», comienza. Un día, «con escasos siete años», se atrevió por fin a preguntar a sus padres dónde quedaba Cádiz. «Está en el extremo Sur de España y la llaman la Tacita de Plata, porque es muy hermosa», le respondieron. «Desde ese instante supe -para eso sirven las respuestas memas de los mayores- que Cádiz no era eso. O mejor, no era sólo eso», ironiza.
«La mirada de Mutis traspasó la materia puramente orgánica y vegetal de las plantas que iba encontrando durante sus viajes. Además de bautizarlas las contemplaba, pudiéndose pensar que pasaban a constituir pequeñas metáforas de su jardín personal», argumenta el subdirector de la revista José Ramón Ripoll.
Ahora, ese jardín de alegorías e imágenes, también es un poco nuestro.
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