Hablemos del Cádiz
En estos turbulentos tiempos creo que es mejor gastar nuestras energías hablando de nuestro querido Cádiz que de las huelgas de jueces y secretarias, de las garzonadas del fantoche Garzón y de la crisis económica.
Actualizado: GuardarDe crisis prometo no hablar, pues ¿cómo se puede hablar de una cosa inexistente? Y además Zapatero y Solves me llamaría antipatriota, terrorista, asusta viejas, catastrofista y pájaro de mal agüero. La crisis no existe, es sólo algo de desaceleración, pero¿ crisis, recesión, inflación ? no hombre, no, de eso nada de nada. La gente que critica es por ganas de criticar, son mala gente que se esconde tras esto que ellos llaman crisis para no pagar sus hipotecas, y los que se van del trabajo es para cobrar el paro y no dar golpe, y a los que a lo largo de sus cuarenta años de trabajo han guardado sus ahorros en las cajas, que no se preocupen, porque para los pocos años de vida que les quedan, basta con que se aprieten un poquito el cinturón, y con sus ahorros Chaves y cia. sabrán muy bien dónde emplearlos, que para algo sirven las cajas de ahorro.
Así está todo, de maravilla, por eso digo que lo mejor es hablar de nuestro Cádiz, C. F. que está que se sube por las nubes. Os prometí, queridos lectores, no hablar de la crisis, pero me ha surgido una idea. Los bancos no avalan ni dan créditos a las pequeñas y medianas empresas, ni a particulares que no puedan pagar sus hipotecas porque no tienen liquidez; y yo me digo y propongo, que si el Banco de España ha dicho que existe 108.000 millones de euros en dinero negro, debería promulgar una ley de amnistía de blanqueo de ese dinero. Con esta inyección de dinero todos saldremos ganando; los blanqueadores, los bancos, las pequeñas y medianas empresas, el crédito hipotecario y el mismísimo gobierno que tendría que darle las gracias a esos negreros por haberles resuelto un gran problema que ellos no han sabido resolver porque no entendían lo que significaba la palabra crisis.
Perdónenme, que sea tan osado, y en lugar de hablar de fútbol me inmiscuya en tema tan delicado y difícil como es la economía, de la cual no entiendo ni papa, pero me consuelo al saber que el ex presidente de EEUU Nixon tenía cuarenta asesores económicos, sospechaba que uno tenía la solución acertada, para la dificultad estribaba en saber cuál de ellos era el iluminado.
Perdónenme, que me haya ido por los cerros de Ubeda, pero prometo que la próxima vez hablaré del Cádiz y de la mamarrachada que nuestra buena y caprichosa alcaldesa nos quiere montar en el fuerte de Santa Bárbara.
Luis Aranda de Carranza. Algeciras