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Los negros aún sufren

Pese a la igualdad efectiva, los afroamericanos padecen discriminaciones sociales, económicas y políticas

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Más de la mitad vive en el sureste. En el denominado cinturón negro. En estados como Mississippi, Luisiana, Alabama, Carolina del Sur... Una franja de Estados Unidos abofeteada por múltiples estigmas: pobreza, bajos salarios, altos niveles de paro, inexistentes programas educativos... Un hogar compuesto por cuatro personas de este grupo ingresa alrededor de 16.000 euros menos al año que uno blanco (casi 221.000 pesetas al mes). Suelen fallecer a los 72 años y medio, cinco antes que la mayoría caucásica.

Son los afroamericanos, 39 millones de personas en Estados Unidos, con una edad media de 30 años. Ese colectivo que constituyó la primordial fuerza electoral de Barack Hussein Obama. Diversos estudios estiman que el 90% de los componentes de la principal minoría de Estados Unidos apostó el pasado martes por el futuro inquilino de la Casa Blanca, por el único senador de esta raza que ocupaba un puesto en este órgano hasta el último mandato. El único de cien.

La historia de esta raza, en la que sólo el 8% es mayor de 65 años, rebosa penurias, abusos, violaciones y olvido institucional. Es cierto que su situación ha mejorado en los últimos tiempos, gracias a la lucha por los derechos sociales. Pero las diferencias con otros grupos étnicos aún resultan abismales. Ingentes. Con todos, menos con los hispanos, el otro colectivo minoritario que empujó a Obama al triunfo: el 67% de ellos le dio su sufragio. La radiografía de su penosa realidad refleja desigualdades en todos los ámbitos de la vida. Sólo el deporte y la cultura, con el cine a la cabeza, se libran. El resto, incluso la política a pesar del ascenso al trono de Obama, sangra disparidad. La página web de la Cámara de Representantes, por ejemplo, cifra en 39 los afroamericanos en este órgano durante el último periodo. Suponen el 8,9% de 435 personas. Es más, sólo dos estados han contado o cuentan con un gobernador de esta raza en la historia: Virginia, que es el décimo en el ranking de población negra, y ahora Massachussetts: Deval Patrick, desde 2007.

Las esferas del poder político, por tanto, les quedan un tanto lejanas. También el militar. Hasta abril de 2007, sólo 88 de las medallas de honor que había entregado el Ejército -la máxima condecoración- fueron para afroamericanos (2,5%). También observan desde la distancia el centro económico. La prestigiosa revista Forbes designó a la presentadora Oprah Winfrey, fan declarada de Obama, como la miembro de la minoría afroamericana más rica del siglo XX. Su fortuna personal superaba los 800 millones de dólares (623 millones de euros). Una pasta.

El doble de paro

Pero el número uno por aquel entonces, Bill Gates, rondaba los 78 billones de euros. En la lista de 2007, la diferencia se había recortado: Gates poseía 46 billones de euros, por casi dos billones de la comunicadora. Más sobre el terreno, en la realidad del día a día también existen grandes abismos. El ingreso medio en un hogar negro alcanzó los 26.514 euros (367.000 pesetas al mes) en 2007. El de un asiático-americano superó los 50.000 euros, mientras que en uno blanco rozó los 43.000 euros (227.600 pesetas cada mes más que los africanoamericanos). Una familia hispana, por su parte, acumuló 30.242 euros anuales. Son grandes distancias. De hecho, más de nueve millones de personas de esta minoría (el 24,7%, frente al 10,4% de los blancos) viven por debajo del umbral de la pobreza. Es decir, son casi el 25% de los 40 millones de necesitados en EE UU.

Esto se explica, en parte, por dos razones. La primera, la desigualdad salarial. Un negro recibe 76 centavos cuando un blanco cobra un dólar. La segunda, los niveles de paro. La tasa nacional superó en septiembre el 6,1%. Entre los afroamericanos, sin embargo, alcanzó el 11,4 %, según datos de la Oficina de Estadísticas del Trabajo de Estados Unidos.

En este sentido, se ve lógico que la casa media de una familia blanca costase 33.000 euros más a principios de esta década. Que más personas caucásicas sean propietarias de su residencia (72% por el 46%). Del mismo modo, casi el 14% más de blancos disponen del graduado (nuestro bachiller) y casi el 9% más han finalizado la universidad. O implica también que el 19,2% de los afroamericanos carezcan de seguro médico, cuando sólo el 14,3 % de blancos padecen este problema. Y que sólo el 0,8% de la población blanca esté encarcelada, en contraste con el 4,6% entre los negros.

A pesar de la igualdad legal, las diferencias se mantienen en la práctica. No sólo entre las etnias. También entre los afroamericanos. Si no que les pregunten a buena parte de los dos millones que viven en Nueva York -el área metropolitana concentra a 3,5 millones- cuando escuchan que Allen Iverson, jugador de los Detroit Pistons de la NBA, que cobrará más de 16,5 millones de euros por algo menos de nueve meses de trabajo.