Obama se arma para combatir la crisis
El presidente electo reúne a un equipo de 17 prestigiosos asesores económicos para buscar «una salida al agujero en el que estamos»
Actualizado: GuardarBarack Obama llegó ayer relajado y de buen humor a su primera rueda de prensa como presidente electo, cortado cuando la sala se levantó en bloque a modo de saludo presidencial. «Gracias», dijo divertido. Su plan es avanzar expeditamente un paquete de medidas económicas para atajar la crisis, pero con exquisito comedimiento. «En Estados Unidos sólo hay un presidente a la vez», insistió. «No seré presidente hasta el 20 de enero».
Hasta entonces, cautela y muchas reuniones preparatorias, pero «inmediatamente después de que me convierta en presidente voy a encarar esta crisis de frente», prometió. Como recordó, el país se había levantado esa mañana con la noticia de que tiene 240.000 puestos de trabajo menos, lo que eleva la pérdida de empleo que ha sufrido Estados Unidos este año a 1,2 millones. «Diez millones de norteamericanos están ahora en paro», subrayó.
Su jornada había empezado a las 7.30 en el colegio de sus hijas, a donde acudió con su esposa para evaluar el rendimiento escolar de Malía y Sasha en una reunión de padres de familia. Después le tocó al país. Entre los diecisiete asesores económicos que le acompañaron en el Hotel Hilton de Chicago para ayudarle a reparar un mercado global fracturado estaba, vía telefónica, el mayor inversor, Warren Buffet, y en vivo el ex presidente de la Reserva Federal Paul Volcker, el ex secretario de Comercio William Daley, los ex secretarios del Tesoro Lawrence Summers y Robert Rubin, el presidente y consejero delegado de Google, Eric Schmidt; la de Xerox, Anne Mulcahy; y la gobernadora del depauperado estado de Michigan, cuna del automóvil, Jennifer Granholm, entre otros. Este sector al borde de la bancarrota también está entre sus prioridades, decidido a revivirlo mediante la producción de híbridos.
«No subestimo la enormidad de la tarea que tenemos por delante», dijo, pero no por ello está dispuesto a acelerar los nombramientos que el país espera con tanta ansiedad, ni sucumbir a las presiones. «Estoy orgulloso de las decisiones tomadas porque las hemos pensado a fondo, es muy importante no apresurarse para hacerlo bien». Junto a él, los dos únicos cargos que ha adjudicado, Rahm Emanuel, nuevo jefe de gabinete, y Robert Gibb, que será portavoz de la Casa Blanca. «No va a ser rápido ni fácil escarbar una salida del agujero en el que estamos, pero Estados Unidos es un país fuerte y resistente, y lo superaremos», prometió.
Paquete de estímulos
A Obama le gustaría que el nuevo paquete de estímulos económicos para generar empleo y rescatar a la clase media se apruebe «más temprano que tarde», pero si no ha pasado la votación del Congreso antes de que él asuma la presidencia «será lo primero que haga», prometió. La propuesta de los demócratas en este sentido, estimada en cien millones de dólares -78 millones de euros-, ha topado con el rechazo de la oposición republicana.
El candidato de la esperanza y el optimismo no quiso anticipar problemas y, por el contrario, confía en que perdure el espíritu bipartidista que quiere llevar a Washington. «Todos los líderes del Congreso reconocen la severidad de la situación. La economía está en mal estado, el pueblo americano necesita ayuda, es un buen momento para dejar la política a un lado y ver de forma práctica qué podemos hacer». Como prueba contó que en las primeras 72 horas transcurridas desde que fue elegido ha hablado con todos los ex presidentes de EE UU. «Vivos», matizó con una sonrisa. «No voy a hacer como Nancy Reagan», que consultaba con videntes.
Entre las felicitaciones le han llegado también una carta del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, que, a diferencia de George W. Bush, que también recibió una el año pasado, prometió revisar y responder «adecuadamente» cuando sea investido presidente. «No es algo que debamos que apresurar. EE UU sólo tiene un presidente cada vez. Quiero ser muy cuidadoso. Queremos mandar señales al mundo de forma global».