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PETICIONES. Un joven escribe un mensaje a Obama en una pared del Lincoln Memorial. / AFP
MUNDO

Misuri repite el esperpento de Florida

El estado del medio oeste, tradicionalmente republicano, anuncia que precisará dos semanas más para finalizar un escrutinio sobre el que planea el fantasma del fraude

ANJE RIBERA
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La mala fama de los abogados tan sólo es comparable a la de los periodistas. Pero hoy hablamos de los primeros. En cualquier juzgado podrá oír que «dificultan las cosas buscando el legalismo y la leguleyada. No ven el punto de vista práctico. Es decir, complican situaciones que no son complicadas». Algo así debe ser lo que ocurre en Misuri, donde un batallón de letrados examina, al parecer uno a uno, los votos emitidos el martes. Los resultados ni han llegado ni se les espera todavía. Se empeñan en dejar claro si el estado sigue siendo republicano o se han pasado a los demócratas. En el mapa americano, por tanto, entre los veintinueve estados azules y los veinte rojos hay uno sin asignar, en color gris, el de los confederados que cabalgaron por sus praderas hace siglo y medio.

El fantasma del fraude llevó a ambos partidos a desembarcar en este territorio del medio oeste, como lo hicieron hace años en Florida, a todos sus huestes legales para detectar cualquier resquicio que incline la balanza hacia su bando. De momento, McCain lleva una ventaja de 5.868 votos (49,5% / 49,3%). Pero nada es definitivo porque quedan más de 7.000 por determinar. «El Colegio Electoral no adjudicará sus once delegados hasta que los resultados sean oficiales», advirtió ayer Laura Egerdall, portavoz del Gobierno estatal. La legislación concede dos semanas para verificar las papeletas.

Buen ojo

La Puerta del Oeste, denominación de Misuri porque de allí partían los colonos que se dirigían al Oeste, perdería su buen ojo si finalmente en la suma de sus urnas vence McCain, ya que desde hace 52 años ha apoyado siempre al candidato que ha llegado a la Casa Blanca. De cualquier manera, su escrutinio nunca ha estado tan ajustado desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial.

Misuri, que recibe su nombre de la tribu de los missouris (el poblado de las canoas grandes) cuenta con un sistema electoral anticuado que dificulta el recuento. Es prácticamente el mismo que se utilizó por primera vez en 1821, cuando logró la condición de estado.

Ello puede convertirla en la nueva Florida, donde en las elecciones de 2000 el escrutinio no fue definitivo hasta que el 12 de diciembre el Tribunal Supremo decidió dar la victoria a Bush. El de Texas se convirtió en el cuadragésimo tercer presidente de EE UU. El cuadragesimocuarto ya está decidido. Por lo tanto, ¿qué importa lo que pasa en Misuri? Bueno, quedarían los congresistas y los senadores.

Obama quiere sumar con Misuri el décimo estado que roba a los republicanos. Porque, además, en gran parte de los territorios en los que se impuso su rival, las capitales y grandes ciudades se decantaron por su mensaje. Así, en Texas, republicano por excelencia, se impuso en Dallas, San Antonio, Austin y Houston. Igual sucedió en Luisiana, donde ganó en Nueva Orleans y Baton Rouge. En Arizona, el estado de McCain, venció en Tucson; lo hizo asimismo en Kansas City, Nashville y Memphis (Tennesse), Columbia y St. Louis (Misuri), Louisville (Kentucky) o Montgomery (Alabama).

Son claro ejemplo del vuelco electoral que ha sufrido el mapa político de EE UU. Aunque el cinturón central (Texas, Oklahoma, Kansas...) sigue siendo republicano y los demócratas consolidan sus posiciones en los grandes estados costeros (California, Oregón, Connecticut, Massachussets...) se ha dado la vuelta a feudos tradicionales del partido del elefante como Colorado, Nuevo México, Iowa, Indiana, Ohio, Virginia o Carolina del Norte, y, por supuesto, Florida, la última tumba demócrata.