EL FORO

Black Power

Ha ganado el favorito, el que decían las encuestas, el gran líder revolucionario. Los buenos analistas políticos, hombres sesudos e inteligentes donde los haya, ya lo vaticinaban. El señor Obama es un tipo carismático, un comunicador nato que domina la oratoria, y ha protagonizado una campaña con presupuesto magníficamente dirigida. A eso hay que sumar el don de la oportunidad. Ha aparecido en el momento justo, cuando los norteamericanos están inmersos en una profunda crisis económica y financiera, hartos de ocho años de administración malsana, autoritaria y belicista. Además, Barack Hussein Obama encarna mejor que nadie el triunfo del sueño americano y acaba en gran medida con la barrera racial. El nuevo presidente de Estados Unidos parece contar con los parabienes de todo el mundo mundial. Se suceden los mensajes optimistas de los Gobiernos que saludan con alegría el cambio en la Casablanca. Hasta los defensores del medio ambiente se congratulan por la llegada de Obama, el triunfo, dicen, de una política respetuosa con el planeta.

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Y sí, las promesas electorales de Obama son alentadoras, marcan un cambio de rumbo en el país más poderoso de la tierra y eso, lo queramos o no, nos influirá a todos. Ahora es el momento de la ilusión y de la esperanza. Pero el tiempo, probablemente, provoque más de un desencanto. Estoy seguro de que Obama tendrá que luchar contra obstáculos y límites para imponer sus cambios y no siempre podrá superarlos. La herencia que le deja Bush, en política doméstica y exterior, es como para echarse a temblar.

Confiemos en que la esperanza negra no se diluya como un azucarillo en el café y sea capaz de dirigir con buen criterio la nueva etapa de Estados Unidos. Qué lástima que en España no tengamos un Obama.