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Zapatero frena la sangría de votos y Rajoy no despega
Más de la mitad de los españoles critican la política económica del Gobierno, pero la mayoría cree que el PP lucharía peor contra la crisis
Actualizado: GuardarMariano Rajoy y el Partido Popular no levantan cabeza. La crisis económica que los estrategas populares pretendían rentabilizar no ha aportado beneficio electoral alguno al primer partido de la oposición.
El último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) mantiene el empate técnico que ya reflejó el estudio sobre intención de voto del pasado mes de julio, cuando el frenazo económico aún no había mostrado toda su virulencia. Otorga a los dos partidos mayoritarios un respaldo idéntico del 39,7% de los electores, pero indica que una amplia mayoría ve al Gobierno mejor preparado para afrontar las grandes cuestiones de España.
El porcentaje de intención de voto que, según el instituto público, alcanzaría hoy el PSOE en unas elecciones generales está muy por debajo del que efectivamente cosechó en los comicios de marzo, en los que José Luis Rodríguez Zapatero logró el 43,8% de los votos frente a un 39,9% de Mariano Rajoy.
Pero, en términos relativos, la cifra no es tan negativa; no sólo porque los populares no consiguen superar su propio techo electoral, sino porque los sondeos reflejan que la sangría de sufragios detectada tres meses después de la victoria socialista está ahora contenida. En julio se calculaba a los socialistas un apoyo del 39,5%.
El sondeo refleja, además, la percepción de que el Gobierno atiende los problemas que más preocupan a la mayoría de los ciudadanos, aunque estos entiendan que el Ejecutivo no comparte su escala de prioridades.
El paro (64,9%), las cuestiones de índole económica (54,7%) y la inmigración (24,5%) son, por ese orden, los tres principales problemas del país para la mayoría de los españoles. Y a la pregunta de «¿cuál cree usted que es el principal problema al que el Gobierno de España dedica más atención?», el 27,9% responde que aquéllos de índole económica; el 16% la inmigración; el 15,1% el terrorismo de ETA, y el 14,6%, en cuarto lugar, el paro. Es decir, el orden de dedicación gubernamental no casa exactamente con los valores de gravedad que los encuestados otorgan a cada asunto.
Mal menor
Es cierto también que el Ejecutivo no sale en absoluto bien parado en la valoración que los ciudadanos hacen de su gestión. Una cifra abrumadora, el 58,8%, tilda de mala o muy mala su política económica; lo mismo opina un 48,6% de su actuación en materia de empleo, y eso que la encuesta se realizó en la primera semana de octubre, cuando la cifra de paro no había llegado aún al techo histórico conocido esta semana.
A esto hay que sumar que el Gobierno sufre todavía un fuerte desgaste en dos terrenos bien abonados por el PP en la pasada legislatura: el de la inmigración -más de la mitad de los españoles (52,9%) cree que su política es mala o muy mala para hacerle frente- y el de la lucha antiterrorista, que disgusta al 45,3% del electorado.
Los datos son dignos de atención para el PSOE porque también entre sus propios votantes el grado de desafección es elevado: el 40,2% no respalda las políticas puestas en marcha por Rodríguez Zapatero y el vicepresidente económico, Pedro Solbes; el 29% cree que se está haciendo mal con el paro, y el 38,3% muestra sus recelos hacia la política migratoria, que ahora corresponde al ministro Celestino Corbacho.
Las suspicacias hacia la labor del Gobierno no redundan, sin embargo, en beneficio del Partido Popular. La mayoría de los españoles cree que el gabinete de Rodríguez Zapatero está más capacitado que el principal partido de la oposición para afrontar todas y cada una de las cuestiones por las que se interesa el CIS: desde el empleo a la educación, pasando por el medio ambiente, el Estado autonómico, la inmigración y también la economía, incluida la grave crisis mundial.
En este último apartado, la diferencia es de un 33,3% que apuesta por el Ejecutivo socialista frente a un 29,5% que dice que lo haría mejor el PP.
En la misma dirección apunta otro dato: el 34,1% cree que el Gobierno lo está haciendo mal o muy mal y sólo el 20,1% cree que su gestión es buena o muy buena. Pero en el caso del PP, la cifra de quienes consideran que lo hace mal llega al 46,6%.
Los populares se suelen resentir en este tipo de preguntas del rechazo que despiertan entre los votantes de otros partidos, que prefieren apoyar a los socialistas en sondeos sin consecuencias prácticas. Esa animadversión hace que en el cómputo global salgan siempre peor parados.
Con todo, si se atiende sólo a la opinión de sus propios electores, también Rajoy lo tiene peor que Rodríguez Zapatero. Mientras un 9% de los votantes que se dicen socialistas califican de mala la gestión gubernamental, un 15% de los electores populares se muestran desencantados con la oposición que ejerce el partido al que apoyaron en las urnas.