INFORMACIÓN. Una ciudadana mira los anuncios de cursos en el tablón. / FOTOS: ANTONIO VÁZQUEZ
Ciudadanos

Al otro lado del mostrador

Los funcionarios de Empleo no recuerdan una racha tan mala como la de los últimos meses desde hace varias décadas

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Las oficinas del paro suelen tener dos entradas (una para el Servicio Andaluz de Empleo y otra para el INEM) y, hoy día, pocas salidas que ofrecer. A las nueve menos cinco de cada mañana (a escasos minutos de que abran las puertas), no menos de una decena de ciudadanos espera que suba la baraja frente a cada uno de los centros que existen en la provincia. A las nueve menos un minuto de ayer, la cola del desempleo junto a la sede la avenida de Portugal en Cádiz estaba formada por 11 personas. Era una mañana tranquila. La calma que siempre sigue a una tormenta como la desatada por la publicación de los datos del martes, que arrojaron nada menos que casi 140.000 parados en la provincia.

En aquella orilla donde no hace mucho corría el tren y ahora cruzan cuatro carriles de tráfico, desde una esquina que se abre al panorama de las barriadas más populosas de Cádiz (Segunda Aguada, La Paz, Loreto), se decide el futuro de 7.380 personas, más de la mitad de las 13.000 inscritas como demandantes de empleo en la ciudad. Noviembre ha traído la mesura, «pero desde mayo hemos sufrido una avalancha continua y septiembre y octubre han sido de lo peor que he vivido en 12 años», confiesa un funcionario.

Días aciagos

¿Avalancha? La definición se queda corta frente al dato puro y duro: en un sólo día de septiembre se gestionaron más de 600 casos en las apenas cinco horas de apertura del servicio. La próxima fecha en rojo en el calendario de los trabajadores del SAE es el 9 de diciembre. Para ese día hay previstas otras 600 renovaciones de cartillas. A este trabajo esperado habrá que sumar el volumen habitual de un día, que no baja de las 200 tramitaciones.

La oficina de avenida de Portugal lleva, en efecto, 12 años funcionando. Antes, adscrita al Ministerio de Trabajo; desde hace unos pocos años, compartiendo mostradores los antiguos funcionarios del INEM con los del SAE de la Junta. El camino del nuevo desempleado siempre es el mismo: primero tiene que sacarse la tarjeta Darde, que le acredita como demandante de empleo. Si fuera necesario, se elabora el curriculum o se actualiza. Luego, una vez cumplido el trámite que le acredita como parado en búsqueda activa de empleo, se atraviesa la puerta del INEM, que es donde toca pedir la prestación.

«Están viniendo muchas personas que llevaban años sin aparecer por aquí, se nota que la cosa está muy mal», añade el mismo funcionario de antes. Julio, otro empleado del SAE (y que se encarga de la gestión de demandas) subraya que «la gente se toma ahora más en serio la puesta al día de sus perfiles». El drama latente de tantas familias con apuros no les alcanza. «La gente sigue teniendo bastante pudor», conviene Julio.

A partir de las estadísticas oficiales, el gaditano que se sienta delante de este empleado cada día tiene entre 25 y 44 años y bien acaba de recalar en el paro o lleva más de un año en el pozo (estas dos opciones suman dos tercios del total de demandantes). Por lo general, la actividad más solicitada es «de lo que sea», una opción que traducida al lenguaje oficial significa trabajos no cualificados. La última sorpresa vino esta misma semana: una chica con una formación universitaria y repleta de másters y experiencia pidió trabajo sólo para una profesión: payaso.

Avanzada la mañana, aparecen los que se asoman casi a diario. «Le tenemos que decir a algunos que no por venir todos los días va a salir algo antes», subraya una empleada de la zona de ofertas. ¿Ofertas? ¿Hay ofertas de empleo en estos momentos? «Casi nada», responde la funcionaria. Acumula dos años sin recibir una petición del sector de la construcción, por ejemplo. Aunque es cierto que la empresa privada tiene sus mecanismos de búsqueda de candidatos, hubo una época en la que no se daba abasto.

Retroalimentación

Ya no. En los últimos meses, sólo la fundación adscrita a la Consejería de Empleo da oportunidades... y todas ellas están relacionadas con eso que la jerga administrativa llama «políticas activas de empleo». Es decir, que sólo se buscan profesores para dar cursos de formación, orientadores, sociólogos, mediadores... La caza y captura del empleo sólo crea cazadores. Con todo, los ratios de contratación de escuelas taller o cursos ofrecidos por el SAE aún presentan datos esperanzadores. A veces, sólo hay que informarse debidamente.

La situación general, en fin, y según los que trabajan al otro lado del mostrador, continuará torcida durante un tiempo. «No creo que se repitan los datos de octubre, pero lo que está claro es que vamos a quedarnos en los 140.000 parados durante mucho tiempo», resume el empleado más veterano. La capital, a falta de industria y grandes empresas, «no da más de sí». La desesperación por cobrar abre la puerta del surrealismo: no hace mucho hubo quien falsificó un documento de excarcelamiento de Puerto II para acceder a la prestación (de 18 meses). Le pillaron.