En su discurso de la noche de la derrota, McCain ha calificado a Palin como "una voz nueva e impresionante en nuestro partido en pro de la reforma y de los principios que siempre han sido nuestra mayor fortaleza". /AFP
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La derrota en las elecciones deja un vacío de poder en el partido republicano

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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La gran derrota de los republicanos en las elecciones del martes abre un vacío de poder en el partido, cuyo desafío será reconquistar a los votantes de centro pero sin enajenar a su base más leal en la derecha, según los expertos. Las tensiones en el seno del partido salieron a la superficie incluso antes de la cita electoral y previsiblemente se intensificarán con el revés histórico sufrido por los republicanos.

Se trata de un partido descabezado. El presidente George W. Bush y el vicepresidente Dick Cheney se encaminan a un retiro dorado, mientras que a sus 72 años John McCain ha quemado su última posibilidad de ser presidente. Además, los actuales líderes republicanos en el Congreso están desprestigiados, tras la victoria decisiva de los demócratas en las legislativas.

En esta línea, se ha creado de esta forma el caldo de cultivo para el ascenso de una nueva generación de líderes, como ocurrió en 1992, cuando el entonces congresista Newt Gingrich emergió como el rostro de un partido con energía renovada tras la entrada en el poder de Bill Clinton.

El presidente del Comité Nacional Republicano, Michael Duncan, ha declarado en un discurso que el banquillo de su partido es "amplio" y ha citado a Sarah Palin, "la gobernadora más popular de Estados Unidos"; Eric Cantor, congresista de Virginia; y Bobby Jindal, gobernador de Luisiana, entre otros. También son estrellas en alza los gobernadores Tim Pawlenty, de Minesota, y Charlie Crist, de Florida. El ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney, el principal rival de McCain en las primarias de su partido, podría presentarse de nuevo a las elecciones, según los analistas.

Por ahora la atención se ha centrado en Palin, la fallida candidata a la vicepresidencia, que en la campaña atrajo a más partidarios a los mítines -decenas de miles con frecuencia- que el propio McCain. El senador de Arizona la introdujo en la escena política nacional y le hizo un guiño en el discurso en el que aceptó su derrota en las elecciones el martes.

McCain la calificó como "una voz nueva e impresionante en nuestro partido en pro de la reforma y de los principios que siempre han sido nuestra mayor fortaleza". "Podemos esperar con gran interés su futuro servicio a Alaska, el Partido Republicano y a nuestro país", ha afirmado McCain. Preguntada sobre sus aspiraciones en una entrevista hace una semanas, Palin dijo que no sacará "la bandera de la derrota" por las críticas que ha recibido. "No estoy haciendo esto por nada", afirmó.

Del empate a un 39% frente a un 33%

Así, tras conocer la derrota de los republicanos, Pallin evitó pronunciarse sobre una posible candidatura a las próximas elecciones presidenciales. El año "2012 suena tan lejano que no puedo ni imaginar qué estaré haciendo entonces". Su perfil político está muy vinculado a la derecha religiosa, que votó por McCain gracias en parte a ella, pero ese bloque también trae inconvenientes. "Cumplir las expectativas de ese grupo es problemático, pues aleja a los votantes independientes", según John Green, un experto del Centro Pew, un instituto independiente. "Algunos creen que sería recomendable reducir su influencia, o si no, será difícil que los republicanos ganen elecciones", ha añadido.

Figuras moderadas como el ex secretario de Estado Colin Powell y Christopher Shays, quien perdió su escaño en el Congreso en las elecciones, se han quejado de que el partido ha dado un giro a la derecha. Al mismo tiempo, otros notables republicanos mantienen que la derrota se debe a la pérdida de los valores conservadores por el gasto público excesivo durante la presidencia de George W. Bush.

Las encuestas a pie de urna indican que el problema de los republicanos no se ciñe a la falta de líderes. Aunque Duncan mantiene que el país es mayoritariamente de "centro derecha", el número de demócratas ha crecido hasta el 39% del electorado, frente a un 33% de republicanos. En comparación, en las elecciones de 2004 los dos bandos estaban empatados.

Además, Obama logró más del doble de votos que McCain entre los menores de 30 años, que son el futuro del país, y entre los hispanos, cuya influencia aumenta con cada elección porque cuentan con una tasa de crecimiento más alta que el resto de la población.