Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
El Villarreal ya está a un solo punto, y con un empate la próxima jornada ante el Manchester en El Madrigal, españoles e ingleses se asegurarán el billete para la primera eliminatoria directa. /Afp
LIGA DE CAMPEONES

El Villarreal acaricia los octavos con sufrimiento‏

En un mal partido, sólo sacó un punto en terreno del Aalborg, pero respiró con el empate de última hora del Manchester en Glasgow

AMADOR GÓMEZ |
MADRIDActualizado:

El Villarreal ya acaricia los octavos de final de la Champions, aunque tuvo que sufrir en terreno del Aalborg, un modesto equipo danés que en dos partidos le ha marcado nada menos que cinco goles a un conjunto castellonense que no mereció la victoria en Dinamarca. En un mal partido del Villarreal, sólo pudo sacar un punto ante el Aalborg, aunque respiró con el empate de última hora del Manchester en Glasgow frente al Celtic, porque los octavos ya sólo están a un paso.

El Villarreal tiene que dar las gracias a ese gol en los últimos minutos del campeón de Europa, porque se le podría haber complicado muchísimo la clasificación. Ahora, el Villarreal ya está a un solo punto, y con un empate la próxima jornada ante el Manchester en El Madrigal, españoles e ingleses se asegurarán el billete para la primera eliminatoria directa. No pudo garantizarlo en campo danés porque jugó un fútbol muy espeso y lento y concedió demasiadas ocasiones a un valiente Aalborg, en un choque en el que, a falta de buen juego, al menos se presenciaron cuatro grandes goles, con Rossi, Joseba Llorente y Guille Franco como principales protagonistas.

Cuando languidecía un primer tiempo en el que el Villarreal, lento hasta la desesperación, se había mostrado incapaz de superar el entramado táctico del Aalborg, tuvo que ser un contragolpe el que diese ventaja al equipo de Pellegrini. Tras la contra llevada por Pires, Rossi se fabricó con gran gol desde la frontal del área, cuando el Villarreal había mostrado su peor cara, sin tener el balón, sin dominar, y con nula capacidad de sorpresa.

Demasiado previsible, aunque es cierto que el Aalborg no metió ningún miedo de medio campo hacia delante, fue a la cuarta oportunidad cuando el Villarreal abrió el marcador. Pero fueron ocasiones muy aisladas, porque la mayor parte del tiempo el Villarreal deambuló, sin bandas ni profundidad suficiente para confirmar su superioridad ante el Aalborg. La mayor calidad con respecto al equipo danés era evidente, pero también que el Villarreal se dejó llevar y se quedó sin la que es su principal arma, la pelota.

Aunque Pellegrini recurrió a sus mejores jugadores, salvo los lesionados Ibagaza y Nitah, y el equipo demostró en el arranque más concentración que en el duelo anterior ante el Aalborg que acabó con 6-3, hubo una tranquilidad excesiva en el equipo castellonense. Sólo algunos ramalazos individuales, de Cazorla o Rossi, pusieron en peligro al meta visitante antes del gol.

El habitual zapatazo de Senna, rechazado con dificultades por el portero, tampoco faltó, y gracias al hispano-brasileño el Villarreal no sufrió, pero se echó en falta más alegría y capacidad de desborde ante una defensa que rindió a un nivel muy aceptable. Hasta que se vio superada en ese fulgurante contraataque que otorgó una gran recompensa al Villarreal pese a su mal juego.

Despistes defensivos

Pagó sin embargo el Villarreal sus despistes defensivos en el arranque de la segunda mitad, y pudo ser peor si tras el golazo de Curth, en una jugada al primer toque sazonada con un taconazo de Caca, Diego López no hubiese salvado el segundo ante Bogelund. La zaga de Pellegrini salió adormecida y dejó unos espacios de los que se aprovechó el Aalborg para crecer y provocar que al Villarreal le entrasen los nervios.

Al Villarreal no le quedaba otra que lanzarse a por todas a por el segundo. Nada más salir Guille Franco, el delantero argentino tuvo la primera ocasión, pero los locales seguían sin funcionar. Sólo con destellos, sin elaboración de juego y sin dar sensación de poder ante un enemigo sin complejos después de los vivido en El Madrigal.

La esperanza volvió con el magnífico gol de Guille Franco, aunque más de medio tanto fue de Joseba Llorente, que dio un pase magistral al internacional mexicano, que se la acomodó con el pecho y fusiló para poner otra vez al Villarreal arriba. Pero la alegría no duró, porque a balón parado el Aalborg volvió a sorprender.

Entonces, al Villarreal sí que le entraron las prisas de verdad, pero jugó más con el corazón y ya no tuvo paciencia para crear alguna oportunidad ante un Aalborg que no dio un balón por perdido, no perdió el sitito, pese a la insistencia local, y le echó más carácter para sacar una igualada que casi le supo a triunfo.