FUTURO. Un niño lee un cuento en un moderno equipo. / LA VOZ
Cultura

El portátil de los pobres gusta a los ricos

Los equipos de bajo coste, que nacieron como PC para países en vías de desarrollo, revolucionan el mercado Es posible hacerse con uno por menos de 200 euros

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Si ha comprado un portátil recientemente y ha invertido un dineral sólo para trabajar con textos y conectarse a internet es posible que no haya tomado la decisión más acertada. Un nuevo fenómeno está haciendo volar por los aires el mercado de los ordenadores portátiles. Son los PCs de bajo coste o netbooks. Nacidos hace dos años como un proyecto de cooperación para informatizar las aulas de países en vías de desarrollo, estos dispositivos se están haciendo con buena parte del mercado informático al amparo de la crisis económica.

Sólo en Europa, las ventas de netbooks han aumentado un 23% respecto a 2007. El secreto del éxito de estos equipos es que ofrecen unas prestaciones básicas en un tamaño pequeño, ligero y a unos precios que rondan los 300 euros. En EE UU llevan cerca de un año en el mercado. En España, la moda comenzó en mayo de este año con el lanzamiento del primer ultraportátil de bajo coste destinado al mercado doméstico, el Asus eeePC750e. A día de hoy, este modelo ya comparte escaparate con otras versiones de la misma compañía que mejoran las prestaciones a cambio de pequeñas subidas en el precio. El éxito de los eeePC ha llevado a que otras compañías como Airis, Acer, Dell, HP e incluso Sony se hayan apresurado a presentar sus propios netbooks. La clave del precio de estos portátiles es muy simple: «eliminar lo superfluo». Según diferentes estudios, casi la mitad del precio de un ordenador portátil se deriva del montaje, el embalaje y los gastos en publicidad. Los netbooks suelen presumir de pocos extras cuando los sacamos de la caja.

Menos potencia

Los componentes de última generación y la instalación de un sistema operativo comercial también son factores que aumentan el precio. Los componentes que forman la arquitectura interna de los netbook recuerdan, en potencia, a los ordenadores que comprábamos hace tres años. La mayor parte integran procesadores Via o Atom de un sólo núcleo que rondan los 1,6 gigahertzios de velocidad, cuando un PC de sobremesa actual y muchos portátiles ya superan los cuatro gigahertzios y disfrutan de chips con doble núcleo o superiores.

La memoria Ram también se ve severamente reducida. Lo normal es que no supere el Giga de memoria, cuando los PC de hoy cuadruplican esta capacidad. En el caso del disco duro, muchos equipos simplemente prescinden de instalarlo y lo sustituyen por memorias flash como las de los lápices USB, que sólo garantizan cuatro u ocho gigas de espacio pra almacenar documentos. Los netbook de gama alta sí que integran disco duro, aunque es raro que supere los 160 gigas de capacidad. La bajada de prestaciones también supone eliminar componentes como los lectores de DVD o Blu Ray, que son sustituidos por puertos para tarjetas de memoria flash o USB. Los costosos chips gráficos, de excesivo tamaño y consumo energético tampoco existen en estos portátiles. La gestión de la pantalla se realiza de manera compartida entre el procesador y la Ram.

El sistema operativo es otro de los elementos en los que se busca el ahorro. La mayor parte de los netbook utilizan alguna distribución gratuita de Línux. No obstante, Microsoft no ha querido dejar pasar la oportunidad de colarse en este mercado. Aunque los de Redmond jubilaron su sistema operativo Windows XP para dejar vía libre a Windows Vista, Microsoft ha llegado a acuerdos con compañías fabricantes para que el usuario pueda elegir entre un sistema operativo de código abierto o el viejo y querido XP, a cambio, eso sí, de un ligero aumento en el precio.

¿Quién lo quiere?

La pregunta evidente es: ¿quién puede querer un ordenador que no está a la última? Las ventas de estos equipos demuestran que muchos usuarios no necesitan de una configuración puntera en sus equipos. Evidentemente, estos terminales no están pensados para ejecutar un videojuego de última generación ni programas que requieran potencia gráfica, pero son más que suficientes para hacer funcionar aplicaciones básicas de oficina o conectarse a internet. Eso, unido a su pequeño tamaño y a un relativamente bajo precio han convertido a estos equipos en objeto de deseo de muchos consumidores.

El primer equipo de estas características fue el eeePC de Asus. Concebido también en origen como un portátil educativo para países en vías de desarrollo, el primer eeePC se comercializó a finales de 2007 en EE UU y, en un mes, se hizo con el primer puesto de ventas en páginas como Amazon. En mayo de este año, el eeePC aterrizó en España, abriendo las puertas del mercado a esta nueva generación de portátiles para el gran público. En agosto, Asus amplió la gama de eeePC con dos nuevos modelos que incorporaban mejores prestaciones. HP también ha comercializado su propio Miniportátil orientado al mercado empresarial y otras compañías como Dell o Acer ya compiten con sus propios productos.

A medida que este mercado alcanza su madurez, los netbooks estan perdiendo su origen de ordenadores de bajo coste. Muchas marcas de portátiles tradicionales están tirando los precios de sus equipos para hacer frente a la invasión de sus primos pigmeos. A día de hoy es posible elegir entre un netbook de gama alta, o un portátil tradicional con prestaciones mayores pero un tamaño y peso más incómodos. En ambos casos el precio no supera los 500 euros.