Sobre panegíricos y silencios significativos
Jerez no es diferente en eso. Los que mandan preferirían que todos los que gozan del privilegio de ejercer la crítica dibujasen en sus discursos una ciudad perfecta, una ciudad que progresa, que circula con la velocidad de un Fómula 1 hacia la meta de la excelencia y que no da pasos en falso. Que se tapase lo malo, que se exalzase lo bueno y lanzásemos loas continuas a su gestión. Que los problemas fuesen tratados como accidentes que son culpa de otros, preferentemente de los que estuvieron antes a los mandos del bólido. Y todo sin importarles la verdad de que la salud democrática se basa precisamente en lo contrario.
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PEDRO PACHECO
Curioso lo de la entrevista a Pedro Pacheco que este medio publicó la semana pasada en dos entregas. El andalucista siempre ha levantado pasiones, y, por lo visto, lo sigue haciendo. Sólo había que ver los comentarios de los lectores en la web de LA VOZ (www.lavozdigital.es) para comprobarlo. Era de esperar, igual que el silencio oficial posterior. No seré yo quien defienda a Pacheco -Dios me libre, entre otras razones porque no le conozco personalmente y porque no he coincidido nunca con él en mi ejercicio profesional-, pero dijo algunas verdades como puños -también varias incongruencias, por decirlo de forma suave-. Fueron verdades, en cualquier caso, que escocieron a muchos, especialmente por venir de quien venían y porque evidenciaron que mantiene la peculiar esencia que siempre le ha caracterizado. Sobre todo en la calle Consistorio, donde nadie respondió públicamente. Curioso. ¿No podían, no quisieron o no se atrevieron? Eso sí, en voz baja y off the record, fue muy distinto. La sombra de Pacheco sigue siendo alargada. Y, por lo visto, lo seguirá siendo aún durante un tiempo.
LAS ORDENANZAS MUNICIPALES
Fueron aprobadas el pasado jueves, fijando la subida de las mismas en el IPC (4,5%). Pero lo hizo, como era de esperar, con el único apoyo a la propuesta de los representantes del Partido Socialista en el Ayuntamiento. El PSA, en una propuesta quizá excesivamente populista, habría propuesto una congelación, pero fue rechazada. Eso sí, el consiguiente debate provocó que el delegado de Recursos, Juan Manuel García Bermúdez, soltase una de esas sentencias merecedoras de entrar a formar parte de una antología jerezana de frases: «El Consistorio no tiene un duro para ayudar a nadie». Sobran los comentarios. Más ilustrativa, imposible.
SALVAJE AGRESIÓN EN EL BOTELLÓDROMO
Un joven jerezano ha perdido un ojo a causa de una agresión sufrida el pasado fin de semana. El suceso ha vuelto a poner sobre la mesa el eterno debate sobre el botellódromo y los hábitos de ocio de los jóvenes. Siendo difícil de entender que una administración, en este caso la local, habilite un espacio para que los chavales se puedan reunir los fines de semana a beber alcohol, lo es más que después no disponga unas mínimas medidas de control para evitar episodios como éste. Resulta complicado en ocasiones mantener el orden entre tanta juventud junta, pero es su obligación, y más cuando se trata de un espacio que él mismo ha ideado y habilitado.
CASO HOLGADO
Más de lo mismo. Las primeras pruebas de los nuevos análisis realizados a los restos encontrados en su día en la gasolinera de Martín Ferrador, en la que asesinaron al jerezano Juan Holgado el 22 de noviembre de 1995, no han servido para arrojar luz sobre el caso. Los resultados vienen a decir que es imposible determinar a quién o quiénes pertenecían esos restos, por lo que sigue sin haber nada que inculpe a los eternos sospechosos. Otro varapalo, el enésimo, para la familia Holgado-Castro.
LA VENTA DEL XEREZ
Todo sigue igual, por enésima semana. Sigue sin producirse el traspaso de poderes, aunque al menos ya hay fecha para la celebración de la junta de accionistas que deberá servir para regularizar la ampliación de capital de 2002, en la época de Gil Silgado en la presidencia: el 10 de diciembre. Algo es algo, aunque falta todavía más de un mes.
Pero, problemas institucionales al margen, me quedo con la sensación que está dejando el equipo sobre el terreno de juego. Soñar con el ascenso es posiblemente más que una utopía, pero da gusto ver jugar al Xerez este año. De momento se ha ganado, por lo menos, el respeto de los rivales, que ya ven a los azulinos de Esteban Vigo como un rival difícil de batir. Que se lo pregunten al todopoderoso Zaragoza, que se las vio y se las deseó la semana pasada para ganar los xerecistas en la Romareda. Y hoy toca el Real Murcia de Javier Clemente, a las doce del mediodía y con las cámaras de televisión como testigo. Esperemos que el entrenador vasco no llegue con la intención de plantar el autobús en Chapín o de jugar con cinco centrales en el centro del campo. Sería una pésima noticia para el espectáculo que el Xerez está acostumbrando a ofrecer este inicio de temporada.
wjamison@lavozdigital.es