LUCES Y SOMBRAS

Crisis teatral

LA VOZ publica el pasado martes un interesante artículo suscrito por Luis Ben sobre el estado de postración que viene atravesando, desde hace años, el Festival Iberoamericano de Teatro (FIT). El articulista, que trata de averiguar las causas de esta situación, considera que el órgano de gobierno del festival, el Patronato, no funciona como tal. Además, y en su opinión, se instrumentaliza como una herramienta de autopromoción política. Desde luego acierta en el diagnostico de la enfermedad: el festival, dice, no genera espectadores, le falta impulso, imaginación, dinamismo, creatividad

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A las causas señaladas por Luis Ben se puede añadir otra que es fundamental para conocer la raíz del problema. Faltan espectadores por la sencilla razón de que en Cádiz apenas hay afición por el teatro. Así de simple. Como en el resto de España. La crisis teatral se arrastra desde hace muchos años y es muy anterior a la que padece el cine, o mejor dicho, las salas de cine que a lo largo del tiempo desaparecen por centenares en todo el país. Solamente en las grandes ciudades se mantienen los teatros gracias a una cuidada y costosa programación que garantiza la asistencia de un numeroso público.

La multiplicación de las posibilidades de ocio, y sobre todo la televisión, han restado mucho público a las salas de cine y de teatro. Recuperar la afición no es tarea fácil. Como antaño, habrá que despertar el interés por las actividades teatrales en los centros docentes. La interpretación de nuestros clásicos del Siglo de Oro por los alumnos era bastante habitual antes. No sería mala idea rescatar tan buena costumbre. Así se crea afición.

Mientras tanto y para evitar que el FIT muera de inanición es necesario imprimirle un nuevo impulso. La experiencia y el éxito de los festivales veraniegos de Avignon y Edimburgo podrían servirnos de inspiración y de ayuda para iniciar una etapa distinta de las anteriores. Tal vez el festival tenga a que abrirse a otras actividades artísticas como ocurrió con el francés y el escocés aunque lógicamente dentro del marco de la cultura iberoamericana que es el que le presta su identidad. Como siempre, todo es cuestión de promoción -que hace mucha falta-, de voluntad y de dinero; por eso la Junta y el Ministerio de Cultura deben implicarse aún más con el festival .El reto merece la pena. Y desde luego si hay que cambiarlo de fecha para enriquecer y potenciar la programación cultural del verano gaditano tanto mejor. El FIT y la ciudad saldrían ganando.

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