ESPAÑA

La Policía detiene al titular del móvil usado para avisar del atentado

Las cámaras de la Universidad de Navarra revelan que un único terrorista aparcó el coche-bomba

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Efectivos de la Brigada de Información de la Policía Nacional detuvieron ayer a un vecino de Bilbao propietario del teléfono móvil con el que ETA alertó el jueves de la colocación del coche-bomba que estalló en la Universidad de Navarra. Según informaron fuentes de la lucha antiterrorista, J. M. M. G. compró en mayo en un comercio de la capital vizcaína el aparato y la tarjeta SIM de prepago usada para realizar la fallida llamada de aviso. Dependientes de la tienda de telefonía que vendió ese móvil confirmaron a los investigadores que fue él en persona quien adquirió la tarjeta.

J. M. M. G. fue interrogado el jueves, horas después de la explosión, por la Policía Nacional, la Guardia Civil y la Ertzaintza. Entonces aseguró a los agentes que no tenía nada que ver con el teléfono usado para la reivindicación, que él no lo había comprado y que desconocía si alguien había usado su identidad para adquirir la tarjeta. Y aseguró que el pasado mes de agosto denunció la pérdida o sustracción de su DNI.

Sin embargo, tras la declaración de los empleados del comercio, los servicios de Información le arrestaron ayer para someterle a un interrogatorio más exhaustivo. Llegar hasta la tienda de Vizcaya donde se vendió la tarjeta de prepago no ha sido fácil y ha requerido de varias horas, ya que la partida a la que pertenecía ésta fue vendida originalmente en Andalucía y pasó por algún comercio de Zaragoza antes de llegar al establecimiento de Vizcaya.

Los funcionarios, tras el arresto, llevaron de inmediato a J.M.M.G, en régimen de incomunicación, a la Comisaría de Indautxu, en la capital vizcaína, porque el sospechoso rechazó facilitar más datos sobre la supuesta pérdida de su documentación y se negó a colaborar. Los agentes decidieron trasladar al detenido a última hora de la tarde a la sede de la Comisaría General de Información en el centro policial de Canillas, en Madrid.

Mandos de la investigación aclararon que J. M. M. G. no participó en el atentado que causó una treintena de heridos en la Universidad de Navarra, pero mantienen abiertas todas las hipótesis: que comprara por encargo la tarjeta a sabiendas de que era para ETA, de forma voluntaria o mediando un pago, o que adquiera el móvil sin saber cuál iba a ser su uso final.

El teléfono fue usado por el etarra que el jueves a las 9.53 horas llamó a la DYA de Vitoria para alertar de que un Peugeot 307 de color blanco iba a explotar en el plazo de una horaen el «campus de la universidad», sin especificar de qué ciudad. La llamada se realizó en un punto cercano a la localidad navarra de Etxarri Aranatz, casi en el límite con Guipúzcoa.

Mientras tanto, expertos policiales examinaron ayer las grabaciones de las cámaras de seguridad de la Universidad. Los árboles impiden ver con claridad la zona donde se abandonó el coche-bomba. No obstante, las imágenes revelan que fue un único terrorista el que entró en el aparcamiento.