ETA ordenó al nuevo comando dispersar sus atentados para demostrar fortaleza
La banda dio a los terroristas relojes para activar bombas con un año de antelación
Actualizado:La dirección militar de ETA había ordenado al comando Nafarroa, desarticulado el martes, que comenzase su campaña con ataques contra objetivos cercanos para tratar cuanto antes de dispersar geográficamente los atentados a fin de demostrar la supuesta fortaleza de la banda. Los cuatro inexpertos activistas detenidos en Pamplona y Valencia habían recibido los más avanzados ingenios de la organización para llevar a cabo esta campaña.
Según informaron mandos de la lucha antiterrorista, la intención de ETA era reeditar el comando Elurra, el grupo terrorista radicado en Navarra y compuesto por legales (no fichados por la Policía) que mantuvo en jaque a las fuerzas de Seguridad desde 2005 hasta su caída el pasado mes de enero.
Ese grupo comenzó su actividad con atentados fáciles en Navarra, como las bombas contra las discotecas Bordatxo y La Nuba. Luego dio el salto con el atentado en la T-4 del aeropuerto de Madrid-Barajas (diciembre de 2006), intentó atentar contra Marina d'Or (verano 2007) y planeó volar el centro financiero de Madrid a principios de 2008.
Comando «autónomo»
Aurken Sola, Xabier Rey, Sergio Boada y Araitz Amatriain tenían las mismas instrucciones. Aunque la Policía cree que todavía no habían realizado informaciones para atentar fuera de la comunidad foral, los terroristas sí habían comenzado a realizar seguimientos para atentar en Navarra contra políticos del PSE y UPN, miembros de las fuerzas de Seguridad y empresarios, entre otros posibles objetivos. «Se trataba de un comando autónomo con autorización para escoger ellos mismos los objetivos dependiendo de la oportunidad», relataron responsables de la investigación.
Este frustrado comando tenía como misión abrir un segundo frente en apoyo al comando Vizcaya, que desde hace meses protagoniza casi en solitario la ofensiva terrorista. Para ello, la dirección de ETA había entregado al grupo hace menos de un mes material de tecnología punta. Entre los efectos incautados en el trastero del número 9 de la calle Padre Tomás Burgui de Pamplona, además de nitrometano para reforzar las explosiones, había dos temporizadores con capacidad para programar explosiones con hasta un año de antelación. Unos artilugios que la banda apenas antes había usado.
Además, los funcionarios se incautaron de otro temporizador-iniciador de fabricación casera para activar bombas lapa. Este dispositivo, al que ETA denomina Dazobig, sirve para evitar los habituales fallos en este tipo de artefactos y está compuesto por un circuito integrado incrustado en silicona que hace prácticamente imposible errores durante la manipulación o la conexión. Todo se limita a unir el sistema con el detonador y los explosivos a través de dos bananas.
Los expertos ven detrás de estos artilugios las manos de los dos nuevos responsables del aparato técnico de ETA, Tomás Elgorriaga y Eneko Gogeaskoetxea. Ambos también han extendido el uso del potente amonitol y la utilización de combustible para aeromodelismo (como el hallado en Pamplona) para aumentar las explosiones.
Manual básico
La sofisticación de los aparatos entregados al comando Nafarroa contrasta con la inexperiencia de los detenidos. Aunque las fuerzas de Seguridad están convencidas que al menos uno de los terroristas participó en un acelerado cursillo para fabricar las bombas en Francia, lo cierto es que en poder del comando se han encontrado instrucciones muy básicas para colocar los artefactos.
En los manuales en euskera incautados a los arrestados, los expertos etarras se ven en la obligación de recordar a sus comandos que para activar los temporizadores de un año hay que poner pilas «nuevas y sin utilizar» y que para que la bomba funcione es indispensable «introducir los detonadores en el explosivo».