
La economía también hace daño al demócrata Barack Obama
McCain recorta su desventaja al desterrar el ataque personal y centrar su discurso en propagar el pánico por la política impositiva de su rival
Actualizado: GuardarPara quienes hace tiempo que inexplicablemente dan a Barack Obama como ganador de las elecciones del próximo martes, aquí va un nuevo argumento que les invita a aguantar el veredicto: John McCain ha acortado diferencias en la última encuesta de Zogby para Reuters (49%- 45%), y ahora está a sólo cuatro puntos, que palidecen aún más si se descuentan los tres de margen de error.
«No hay duda de que la competición se está cerrando cada vez más y de que John McCain está recuperando su mensaje», dijo el presidente de la empresa de sondeos. «Al fin y al cabo es la economía lo que le sirvió para remontar la última vez. Lo he dicho muchas veces, cuando se centra en factores externos, la fastidia».
Asociar a su rival con un «terrorista desgastado» de los sesenta, como él mismo calificó a Bill Ayers en el último debate, sólo generaba rechazo por parte de los independientes que decidirán estas elecciones. En cambio, asustar a los votantes con que Obama subirá los impuestos y hundirá a Estados Unidos en una recesión mayor da resultados.
Ése es el mensaje que McCain llevó ayer a Pensilvania, donde coincidieron, no por casualidad, ambos candidatos. Está claro que la presidencia norteamericana vuelve a jugarse en tres estados clave: Florida, Ohio y Pensilvania, así que en la recta final ambas campañas tendrán que afinar para no tropezarse en la misma ciudad.
Una lluvia persistente que azotó la costa Este desde la medianoche estuvo a punto de arruinar el día. McCain decidió cancelar el acto al aire libre que tenía previsto en Quakertown, pero Obama sacó pecho y se presentó ante sus seguidores en Chester sobre un escenario al descubierto, sin capucha ni paraguas. Pronto le escurrían los chorreones de agua por la barbilla, pero el entusiasmo de la multitud, tan empapada como él, le hizo continuar. Siguiente parada, Virginia, para Obama; Carolina del Norte para McCain; dos bastiones republicanos que en las encuestas amenazan con cambiar de color.
Sufragio anticipado
Para cuando se abran los colegios electorales el martes se calcula que al menos un tercio del electorado ya habrá votado. Sólo cuatro estados -Maryland, Rhode Island, Oregón y Washington- no aceptan el sufragio anticipado que flexibiliza la jornada, aligera las aglomeraciones ante las urnas y permite detectar los problemas con anticipación.
Tradicionalmente la alta participación favorece a los demócratas. Por eso los intentos de suprimir votos proceden generalmente de las filas republicanas. En Virginia, el diario 'Virginia-Pilot' denunciaba ayer que han empezado a circular octavillas con el sello del Comité Electoral del Estado y el logotipo oficial. En ellas se anuncia la decisión «de una sesión de emergencia para aligerar la carga de los colegios electorales» que insta a que el 4 de noviembre sólo voten los republicanos, y el 5 lo hagan los demócratas. Por supuesto, la hoja de cuatro párrafos es falsa, pero el mismo fraude perpetrado en elecciones anteriores siempre ha encontrado más de un ingenuo que cae en la trampa.
En Nevada, la organización Campaña de Nevada por un Cambio denunció que los hispanos están recibiendo llamadas en las que se les informa de que pueden votar por teléfono, otra falsedad de la que acusan al Partido Republicano. Los hispanos serán el voto decisivo en ese estado y otros del Oeste como Colorado o Nuevo México, que constituyen el Plan B de Obama para compensar la posible pérdida de Florida, donde todavía no lo ve nada claro.
Más de catorce millones de hispanos están registrados para votar en estas elecciones y, según los datos del Pew Hispanic Center, McCain cuenta con el favor del 23%. frente al 66% que apoya a Obama.