El mensaje del cambio
Ningún candidato republicano ha ganado nunca la Casa Blanca sin Ohio, por eso ayer tanto McCain como Obama se encontraban en este depauperado estado de los Grandes Lagos. McCain aguantaba los palos de un bastión que se le resiste en las encuestas. Obama lanzaba lo que sus asesores han llamado el alegato final de una larga campaña para la que acaba de recuperar el tono mesiánico y el mensaje del cambio con el que espera rematar la jugada.
Actualizado: Guardar«¿Una semana!», gritó el demócrata. «Falta una semana. Después de décadas de políticas que no funcionan en Washington, ocho años de políticas fallidas y 21 meses de campaña que nos han llevado desde los acantilados de Maine a la soleada California, y a todo lo que hay por en medio, ahora estamos a una semana de cambiar EE UU». Obama necesita todos los estados que ganó John Kerry en 2004, algo que parece probable salvo en Pensilvania, donde McCain se concentrará para abrir brecha en contra de lo que dicen las encuestas. Pero Kerry no ganó, así que repetir sus victorias no es suficiente: Obama precisa arañar otros 18 votos al colegio electoral. Para eso estaba ayer en Canton (Ohio), un estado que aporta 20 delegados, y se pasó parte de la semana pasada en Florida, que arrojará 27. El plan B sería Nuevo México, Colorado y Nevada, que suman 19 escaños.
En esas tierras concentró su fin de semana a la vuelta de Hawai, donde pasó dos días visitando a su abuela enferma. En Denver se superó a sí mismo. Allí donde cerró la Convención del Partido Demócrata justo en el 45 aniversario del mítico discurso de Luther King Tengo un sueño, 10.000 personas que hicieron cola frente al Capitolio desde temprano dejaron cortas a las 75.000 que en agosto llenaron el estadio del Invesco. En Fort Collins, la Policía contó cerca de 50.000.