ENTUSIASMO. Barack Obama corresponde a los saludos de estudiantes de la Universidad pública de Colorado, en Fort Collins. / AP
MUNDO

Dos jóvenes neonazis planeaban atentar contra Barack Obama

Los racistas pensaban provocar una masacre en un colegio de mayoría negra y acudir posteriormente a asesinar al candidato

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Fue una de esas conspiraciones fraguadas entre dos chavales por internet que probablemente nunca hubiera llegado a nada, pero en EEUU el FBI ya ha aprendido a tomarse en serio cualquier intento de matanza escolar. Esta vez los dos jóvenes neonazis que la planeaban, Daniel Cowart, de 20 años, y Paul Schlesselman, de 18, pretendían rematar la jugada asesinando al candidato presidencial Barack Obama .

Lo harían inmediatamente después de haber dejado un baño de sangre en algún colegio de mayoría negra, donde pretendían dejar dos grupos de cadáveres decapitados: Uno de 88 muertos y otro de 14. Aparentemente esas cifras tienen algún significado particular en la mitología neonazi.

El plan era salir corriendo del colegio, montarse en el automóvil y conducir a toda velocidad sin bajar el pie del acelerador hasta encontrarse con Obama, al que pretendían disparar desde la ventanilla, vestidos con un tuxedo blanco y un sombrero de copa.

Dos detalles tan absurdos como el resto del plan, sobre todo porque Obama no ha visitado los estados del sur donde viven estos chicos (Tennessee y Arkansas) ni planea hacerlo, así que su carrera hacia a la muerte tendría que haber sido una road movie de varios días a lo largo del país.

Para financiar la operación pensaban robar casas y armerías, y aunque el primer intento les salió mal ya habían escondido un rifle y tres pistolas, así que el departamento Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) decidió abortar este juego peligroso. La documentación del caso se hizo pública este lunes en un juzgado de Jackson (Tennessee).

Allí el agente especial del ATF a cargo de la oficina de Nashville donde se planeaba llevar a cabo la masacre contó a la agencia Associated Press que ni los propios chicos creían poder matar a Obama, pero que «tenían que intentarlo», contó Jim Cavanaugh. «Decían que sería el acto final de su obra».

«Las quejas planteadas en la denuncia criminal son serias y serán tratadas como tal», dijo Lawrence Laurenzi, fiscal en funciones del distrito occidental de Tennessee (sur de EE UU).