La bajada de la confianza de los consumidores refuerza la teoría de que la Fed rebajará los tipos de interés
El Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra seguirán el ejemplo de la Reserva Federal y también bajarán sus tasas la próxima semana
WASHINGTON Actualizado: GuardarLa caída de la confianza de los consumidores de EE.UU. a su menor nivel desde que se tiene registro ha reforzado la previsión de los analistas de que la Reserva Federal bajará el miércoles los intereses, en otro embate contra la crisis. Los mercados de futuros apuntan a una reducción de medio punto, lo que dejaría la tasa de referencia en el 1%, su menor nivel desde 2003.
Los inversores dan por segura esa medida y en anticipación el índice Dow Jones de Industriales de Nueva York subió casi un 11%. "La Reserva Federal querrá dar una señal de que está haciendo todo lo que puede para intentar minimizar una recesión que ya ha comenzado", señala Dana Johnson, economista jefe de Comerica, quien duda de que el recorte de tasas sea de 0,25 ó 0,5 puntos porcentuales.
Los estadounidenses parecen compartir esa evaluación pesimista de la economía, a juzgar por el índice sobre confianza de los consumidores de 'The Conference Board', una organización empresarial, que ha registrado su menor nivel desde que fue creado hace más de 40 años. Se trata de una señal muy mala para las tiendas, que temen que ésta no sea una Navidad feliz para ellas. "Estamos en una situación sin precedentes. Nunca hemos visto el índice en este nivel. Demuestra que los consumidores están recibiendo golpes de todos los lados", opina Justin Hoogendoorn, estratega jefe de BMO Capital Markets.
Bajada del petróleo
Aunque el precio de la gasolina ha caído, lo que ayuda a la economía familiar, los estadounidenses son más pobres que antes por la erosión de sus inversiones y sus planes de pensiones con la caída de las bolsas, al tiempo que sus casas cada vez valen menos. El precio de las viviendas unifamiliares bajó un 16,6% en agosto, comparado con el año anterior, una cifra récord, según el índice S&C Case/Schiller, que sigue el mercado en las 20 ciudades más grandes del país.
También amordazan el consumo, que representa el 70% de la actividad económica estadounidense, el alza del desempleo y la escasez de crédito. En este sentido, el número dos del Fondo Monetario Internacional (FMI), John Lipsky, urge en un discurso en Nueva York a los principales bancos centrales del mundo a continuar inyectando liquidez "de forma generosa" en los mercados.
La forma tradicional de dar esa liquidez es con la bajada del tipo de referencia, que sirve de base para tasas hipotecarias, de tarjetas de crédito y de préstamos para la compra de automóviles, por ejemplo. La Reserva Federal ya la redujo en medio punto el 8 de octubre, como parte de un movimiento coordinado entre bancos centrales en los países ricos, pero los mercados siguen frágiles y el miedo a la recesión, en lugar de disiparse, se acerca a la certidumbre.
Una bajada de tipos para dar liquidez
La cuestión ahora es si se puede evitar una contracción profunda en el crecimiento y para ello, bajo la batuta de Ben Bernanke, un experto en la Gran Depresión de 1929, la Reserva Federal quiere a toda costa no cometer los errores de aquella época, cuando el banco central redujo, en lugar de aumentar la liquidez. El banco central ha tomado medidas heterodoxas, como prestar a todo tipo de compañías financieras y comprar pagarés de empresas, en un intento de mantener vivo el crédito. En el ámbito monetario le quedan ya pocas balas para combatir la crisis, dado que las tasas se acercan al 0%.
No obstante, puesto que las expectativas de inflación han caído, no bajar los tipos en este momento significaría una subida de los intereses reales. Previsiblemente el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra seguirán el ejemplo de la Reserva Federal y también bajarán sus tasas la próxima semana.
Además, el Banco de Japón sopesa una rebaja de 0,25 puntos porcentuales, según informes de la prensa local. Eso añadiría un río de dinero barato a los mercados, con la esperanza de que en lugar de rellenar sus reservas, los bancos comiencen a prestar de nuevo.