TRANQUILO. Barroso, a su llegada a la Audiencia Nacional, en la mañana de ayer. / EFE
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Grande-Marlaska abre el proceso para llevar a Barroso al banquillo por injuriar al Rey

El alcalde de Puerto Real sostiene que no poder criticar a don Juan Carlos es un fallo del sistema democrático El primer edil se muestra satisfecho por la decisión de no archivar el caso porque «se abrirá un debate republicano»

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El juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska consideró ayer por la mañana que el alcalde de Puerto Real pudo cometer un delito de «injurias graves» al Rey y resolvió transformar las diligencias previas abiertas al edil en un procedimiento abreviado, paso previo al juicio oral. El instructor dio un plazo de diez días a la Fiscalía para que formule una acusación contra José Antonio Barroso.

Grande-Marlaska sostiene en su auto que hay indicios de que el gobernante de Puerto Real injurió a don Juan Carlos, un delito penado con entre seis meses a dos años de cárcel. Sostiene en su escrito que el derecho a la libertad de expresión, invocado por el alcalde, no es suficiente para «justificar intervenciones en el derecho al honor que afectan al núcleo último de la dignidad de las personas».

Barroso se escudó en su declaración ante el juez en que sus expresiones están recogidas en el libro El Rey Juan Carlos, el último Borbón, y aclaró que su intención no era «ofender a nadie».

También explicó a Grande Marlaska que sus comentarios no iban dirigidos al Rey, sino «al ciudadano Juan Carlos de Borbón». Su abogado, Enrique de Santiago, anunció que recurrirá la decisión del juez y si su demanda es desestimada citará en el juicio a historiadores para demostrar que las palabras de su defendido tienen «base histórica». El alcalde, en cambio, se declaró satisfecho por la decisión de Grande-Marlaska de no archivar la causa ya que, si abre juicio, se va a suscitar «un debate republicano». Barroso insistió tras su declaración en que el Rey, además de ser inimputable, de acuerdo a la Constitución, ahora es «incalificable». Señaló que impedir que se hable de los «negocios sucios» de don Juan Carlos y de su «fortuna de origen desconocido» evidencia que el sistema democrático tiene «fallas», lo que posibilita que la imagen de la familia real sea de «papel couché, de novela rosa», algo que, a su juicio, «no se corresponde con la realidad». El edil también retó al jefe del Estado a que explique «cuál fue su verdadero implicación en el 23-F». El origen del proceso está en unas manifestaciones de Barroso el 14 de abril pasado, en un acto conmemorativo de la proclamación de la Segunda República, en el que sostuvo que el Rey es «el hijo de un crápula» y es de condición «deleznable», al igual «que su padre».