APOTEOSIS EN ALBURQUERQUE. Los asistentes a un mitin en la ciudad de Nueva México luchan por estrechar las manos de Obama. / AP
MUNDO

Candidatos a la conquista del Oeste Los aspirantes diseñan sus administraciones

Obama y McCain vuelcan todo su arsenal en los estados de Nevada, Colorado y Nuevo México, los únicos que aún no se han decantado

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El examen está hecho en el este. Las notas las darán el 4 de noviembre, pero John McCain sólo tiene opciones de aprobar en Florida y llevarse sus veintisiete delegados electorales, aquellos que hace ocho años abrieron las puertas de la Casa Blanca a George W. Bush y que esta edición de las presidenciales estadounidenses se antojan insuficientes. El candidato republicano se la juega, por tanto, en el oeste. Particularmente tres estados -Nevada, Colorado y Nuevo México- dictarán la suerte final. Le queda poco tiempo para estudiar y recuperar las asignaturas suspendidas en el comienzo de la campaña. Pero en el oeste tendrá el mismo rival que le derrotó en el este. Barack Obama tiene su mismo objetivo en el tramo final de la carrera hacia el Despacho Oval. El demócrata ha regresado después del paréntesis dedicado a visitar a su abuela, que ayer cumplió 86 años. Su alegato final tendrá como ingrediente principal la crisis económica y como aderezo las tribulaciones que sufre la clase media, objeto del deseo.

McCain, con nada que perder, también se aferra a la crisis. Ella ha mermado casi todas sus posibilidades de suceder a Bush y ella es la única que puede reconducir su errático caminar. Sólo desvincularse de la herencia del texano y del desastre de su política financiera puede obrar el milagro. El senador de Arizona insiste en decir que Obama agravará la situación con un aumento de los impuestos, a lo que su colega de Illinois responde que el incremento impositivo sólo afectará a los ricos.

«Ya se ha puesto de acuerdo con Nancy Pelosi -presidenta de la Cámara de los Representantes- y con el senador Harry Dean -líder de la mayoría demócrata en el Senado- para que los americanos paguen más, incrementar el gasto público y aceptar la derrota en Irak», según el veterano de Vietnam, que se aferra hasta el final a las tácticas agresivas. Y con estos mensajes luchan por los cinco votos electorales de Nevada, los nueve de Colorado y los cinco de Nuevo México. En el primer estado las cosas están por ver y por ello Obama estuvo ayer en Reno y Las Vegas. En el segundo, el demócrata parece contar con una ventaja firme y en el tercero es McCain quien lleva la delantera.

Buscar suciedad

Por esas tierras del oeste sustentó Bush su triunfo de 2004, aunque fueron las papeletas preñadas de Florida las que lo certificaron. Y en ellas quemará McCain sus últimos cartuchos para resucitar pretéritos entusiasmos republicanos. Aunque le quedan pocos. Falló el efecto Palin, también los supuestos vínculos terroristas del afroamericano, tampoco tuvo éxito aquel intento de tratar de sacar rédito a sus raíces semimusulmanas, ni... Queda poco terreno donde buscar suciedad y octubre se acaba sin que surja su temidad sorpresa.

El último intento de los ideólogos de McCain se dirige a denunciar el exceso de confianza del candidato rival. «El discurso de toma de posesión de Obama ya está preparado», dijo ayer el senador en Nuevo México. «Ha decidido ya en nombre de los muchos electores que aún no han votado», añadió. Se lo puso fácil al bando democrata. «Nosotros no hemos escrito ningún discurso. Él tampoco porque pretende releer el de Bush», contraaatacaron los de Obama.

Y también Sarah Palin se empeña en ayudar al senador de Illinois. Sus extremas declaraciones han creado malestar entre los asesores de su jefe de lista. Ayer se conoció un rifi-rafe entre el equipo de la número dos y el de McCain sobre el papel de la gobernadora de Alaska en la campaña. Sus partidarios acusan al estratega del candidato Steve Schmidt de intentar culpar a la ex miss de los fracasos. No se puede negar que John McCain tiene una resistencia a prueba de vietnamitas, presidentes vaqueros y gobernadoras de Alaska. El veterano senador de Arizona es un optimista por naturaleza. Cuando peor pintan las encuestas y menos son sus opciones para sumar un nuevo cuatrienio a las presidencias republicanas, él comienza a confeccionar el equipo con el que pretende desembarcar en la Casa Blanca. Aunque cuenta con la mayoría de los hombres que trabajan en la campaña, también tiene intención de acudir al mercado y hacerse con algunos fichajes estrella.

Pero en ese afán, sólo en ése, ha coincidido con Obama. Ambos candidatos se han fijado en los mismos hombres para la Administración que gobernará EE UU de enero de 2009 a noviembre de 2012. A ambos les gusta el multimillonario inversor Warren Buffett para secretario del Tesoro.

Para el departamento de Defensa Obama sueña con Colin Powell mientras que McCain intenta convencer a Robert Gates para que prolongue su estancia en la Casa Blanca. En caso de un desplante, Joe Liberman podría encargarse de dirigir el Pentágono. Los del partido del burro azul creen que el hombre idóneo para ser el nuevo secretario de Estado es John Kerry, pero también cuenta con opciones el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson.

En el bando del elefante rojo vuelve a aparecer Lieberman. Otro republicano ilustre es el ex alcalde de Nueva York Rudolf Giuliani, que podría encargarse de la Justicia. Un hombre Clinton, Eric Holder, sería el candidato de Obama.