Zapatero buscará en América Latina apoyo para ir al G-20
Se entrevistará con los presidentes de Brasil y México, socios de ese club El Ejecutivo cree que si España no está en Washington «no habrá perdido la guerra»
Actualizado:José Luis Rodríguez Zapatero, a las 72 horas de haber regresado de Pekín, volverá a hacer la maleta para ir a El Salvador, sede de la XVIII Cumbre Iberoamericana. El presidente del Gobierno buscará el apoyo de los 23 países que asisten a la cita para acudir a la reunión de líderes mundiales en Washington. El objetivo, aún así, no es tanto lograr un respaldo explícito de estos gobernantes sino evidenciar la influencia que España ejerce en esta región del mundo.
Zapatero asigna una importancia capital a las entrevistas que, junto al Rey, mantendrá con los presidentes de Brasil, Inazio Lula da Silva, y de México, Rafael Calderón, que sí estarán en la capital norteamericana como miembros del G-20. El gobernante brasileño, además, es el presidente de turno de ese directorio de naciones y fuentes de la diplomacia española piensan que puede utilizar el ascendiente del cargo para plantear a Bush que España esté la cita de líderes que debe sentar las bases de un nuevo orden económico. El presidente del Gobierno hará valer el liderazgo de España en América Latina para asegurarse el respaldo de la Cumbre de El Salvador, que se celebrará entre el 29 y 31 de octubre.
La reunión iba a versar sobre Juventud y Desarrollo, pero a propuesta de Chile, y para satisfacción de La Moncloa, los gobernantes abordarán en sus reuniones a puerta cerrada la crisis económica y financiera. Ése será un buen momento, apuntan fuentes gubernamentales, para que Zapatero exponga las propuestas que ya desgranó el sábado en Pekín durante la cumbre Unión Europea-Asia.
El jefe del Ejecutivo confía en recibir el respaldo de Lula da Silva y Calderón, aunque La Moncloa teme que este aval sea insuficiente. El anfitrión de la cita de Washington es Bush y, como tal, responsable de las invitaciones. No está claro, además, que un presidente de turno del G-20 pueda invitar a la reunión a un país ajeno al club. Lo que sí podría hacer el presidente de Brasil es interponer sus buenos oficios ante la Administración norteamericana.
En la capital salvadoreña, Zapatero podrá verse con la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, país que también es socio del G-20, pero el jefe del Ejecutivo no tiene previsto, de momento, reunirse con ella.
Proyección
En todo caso, fuentes gubernamentales matizan ahora que lo importante no es que uno u otro país medie ante Bush a favor de España. Al Gobierno le preocupa ser percibido como «pedigüeño». Por eso, Zapatero rehusó hablar sobre el G-20 en sus encuentros en Pekín con el primer ministro japonés, Taro Aso; el presidente indio, Manmohan Singh; el surcoreano, Lee Myung-Bak, y el chino, Hu Jintao (todos miembros de este grupo). Lo que se persigue es lograr proyección internacional, aunque sea en el tiempo récord de dos semanas, como para que, sobre todo la Unión Europea, entienda que la ausencia de España en el cónclave es injustificada.
Por si acaso la estrategia fracasa, el Gobierno ya tiene preparado su discurso. Habrá más reuniones y, según avisan desde La Moncloa, se peleará por estar en ellas porque lo que se persigue no es estar en el G-20 sino demostrar que esta estructura no tiene ya ningún sentido y está completamente desfasada. «Si no estamos en Washington -argumentan fuentes gubernamentales- habremos perdido esta batalla, pero no habremos perdido la guerra».