Tren de largo recorrido

Igual que una locomotora capaz de adaptarse a cualquier ancho de vías; así transita el Cádiz por Segunda B cuando no se ha cumplido ni un tercio de la competición. Con unos números sin igual en categoría nacional y que apuntan a récord en la historia del club amarillo, así se las promete el cadismo después de un ejercicio en el que sufrió de lo lindo, vivió la humillación del descenso y asistió cariacontecido a una tragicomedia que va camino de la justicia ordinaria. Y como en esto del fútbol la tranquilidad es un estado insólito, ya son muchos a los que les da por pensar en lo que se avecina hasta que volvamos a pillar el bañador e irnos a la playa. Los más optimistas se dedican cada lunes a mirar las clasificaciones del resto de grupos para hacer cábalas sobre qué rival nos encontraremos la próxima primavera cuando nos juguemos todo a la carta de la liguilla de ascenso. Los más pesimistas no tienen más que rebuscar en los archivos de prensa para leer qué felices nos dejábamos vender la moto hace unos meses y el chasco que nos llevamos cuando el Hércules se nos cruzó en la última esquina de un largo y tortuoso camino. Los más consecuentes con lo que les rodea se limitan a disfrutar cada quince días de un espectáculo nada habitual cuando hablamos de la tercera categoría del fútbol español. Y es que hay cifras -el Cádiz puede sumar hoy su novena victoria y la pasada campaña se quedó sólo en 12- que son dignas de tener en cuenta y que avalan la teoría, tan menospreciada hoy en día, de que el fútbol es un mero divertimento. Los de Javi Gracia entretienen y dan espectáculo por un módico precio; lo que no está nada mal, tal como están los bolsillos. Así que sigamos disfrutando de un equipo de largo recorrido hasta que le toque cambiar de carril para enfrentarse a otros trenes con su misma potencia y ambición. Palabras mayores para las que, llegado el día, habrá que estar preparados.