Una hora más
Actualizado: Guardarl cambio horario de otoño, que la mayoría recibe como un complemento de sesenta minutos en el descanso dominical, responde a una directiva vigente desde 1981 para reducir el consumo energético en iluminación. Sin embargo este año de crisis convierte dicha medida en poco menos que simbólica. Los 300 millones de euros que el IDAE calcula que podrán ahorrarse en luz artificial mediante el cambio horario empequeñecen frente a las necesidades de reajuste y contención que afectan tanto a las finanzas públicas, como a la economía de las empresas y al gasto de las familias. Pero, aun en su simbolismo, la hora de más que nos ha regalado este domingo permite recordar a la sociedad que el ahorro preciso para enfrentarse tanto a las incertidumbres de la crisis como al impacto del consumo energético sobre el medio ambiente no es otro que la suma de muchos pequeños ahorros.