El esperado reencuentro
Roberto Iniesta y Extremoduro congregaron ayer en Jerez a miles de seguidores en un concierto en el que demostraron, sobre todo con las canciones más míticas, que tanta veneración por su rock transgresivo está más que justificada
Actualizado: GuardarCuatro años de ausencia dan para mucha nostalgia, pero también para olvidar que la despedida tampoco fue lo espectacular que se podía esperar de una de las bandas míticas de la música española. Por eso, el regreso del grupo capitaneado por Roberto Iniesta congregó anoche en Jerez a miles de seguidores que quisieron volver a verse cara a cara con el apóstol del lado más salvaje de la poesía y la música urbanas, el emblema de lo que se llamó rock transgresivo, el creador de himnos como Jesucristo García o Deltoya, con la que comenzaron el concierto y que como no podía ser de otra manera sonaron en el recinto que se habilitó en la explanada junto al Palacio de Deportes de Chapín.
Las amenazas de lluvia que se fueron disipando por la tarde dieron paso al torrente de energía y de potencia de Extremoduro y su líder, que sólo tuvo que aparecer en el escenario para arrancar de las gargantas de sus seguidores las letras que, por momentos, Robe no tuvo ni que molestarse en cantar para que se escucharan en toda la ciudad.
Antes de eso le tocó el turno a Doctor Deseo, un grupo veterano de la escena vasca al que el guitarrista de Extremoduro -antes lo fue de Platero y tú-, Iñaki Uoho Antón, les ha producido su último disco en el sello del que comparte propiedad con Roberto Iniesta. Ellos se encargaron de caldear el ambiente lo suficiente para el gran momento, el reencuentro de los incondicionales con Extremoduro después de cuatro años sin directos y seis desde que publicaron su último trabajo.
Anoche, sobre el escenario, la banda extremeña presentó su nuevo álbum, La ley innata, ése que a todos les recuerda al Pedrá y que vuelve a tener estructura de una única canción dividida en diferentes movimientos y antecedida por una fantástica Dulce introducción al caos, que fue la que tuvo mejor acogida de unos nuevos temas del disco.
Claro que, en muchos casos, para muchas de las caras veteranas en los conciertos de Extremoduro que anoche volvimos a encontrarnos en el anexo a Chapín, los aplausos a La ley innata fueron la cortesía que se debe antes de volver a escuchar los clásicos del repertorio del grupo de origen extremeño que no decepcionó a nadie y que volvió a sacar a pasear algunas de sus impactantes composiciones, como aquellas que sustentó sobre los versos de Chinato.
Cuando llegaron trajeron la locura a un recinto que se venía abajo y que confirmó que lo de los seguidores con este grupo es pura veneración. Pepe Botika (¿Dónde están mis amigos?), Sucede, La Vereda de la Puerta de Atrás, So Payaso, A fuego, Ama y Ensancha el Alma, Putas, Buscando una Luna, Salir y Central Nuclear... Y miles de personas que se las sabían todas. La voz rota y desgarradora de Robe, la potencia de su música, el espectacular duelo de guitarras -no puede ser de otra manera con Uoho sobre el escenario, que además acabó el concierto con un guiño a su antiguo grupo Platero y tú- y la confirmación de que hay pocos grupos nuevos que desaten esta pasión.
¿Que estaban acabados?, ¿que sólo están de gira para hacer caja en la época de los regresos nostálgicos? Entonces es que yo estuve en otro concierto.