La izquierda enmudece ante la crisis
Mucho se ha escrito ya sobre la que parece que ser la madre de todas las crisis, pero cabe también pensar cuál es el papel de la izquierda ante esta situación, que como es lógico afectará a los clases más desfavorecidas. Se evita desde los foros políticos, o al menos gubernamentales, cualquier debate social sobre la situación económica, porque ¿quiénes son los responsables y cuál es la alternativa que se podría tomar?, ¿o es seguir con lo mismo, tapando los baches? Porque lo peor de todo es que la izquierda está calladita, y así no me extraña que Botín no escatime elogios a nuestro Rodríguez Zapatero. ¿Alguien ha escuchado una voz discordante desde algún político de izquierdas sobre las medidas financieras a tomar? ¿Alguien ha dicho, mínimamente algo, sobre el retorno de lo que, al menos Keynes enunciaba hace ya muchos años? ¿Es que tiene que venir todo un Premio Nobel de Economía como Paul Krugman para decir las cosas con su nombre? Creo sinceramente que nuestros gobernantes y líderes políticos están tan mediatizados por la corta distancia de unas elecciones que no son capaces de afrontar los grandes recorridos de los grandes problemas, y por ello se limitan a poner parches para que el pueblo, mejor sería decir el votante, no les mueva en exceso la poltrona.
Actualizado: GuardarLa izquierda tiene que entrar de lleno en esta «refundación del capitalismo», izar la bandera keynesiana, ¿quién lo diría!, la del gasto público, la de las infraestructuras, de los apoyos sociales, del desempleo, para que todos avancemos en este camino del nuevo siglo XXI, sin dejar tantos cadáveres por el camino. No se escuchan dirigentes de la talla de Olof Palme o Willy Brandt en la izquierda europea, y tenemos que conformarnos con el laborismo descafeinado de Gordon Brown para encontrar un único referente en el nivel de liderazgo suficiente para hacer una Política con mayúsculas a la izquierda de los EE UU. Porque la verdad es que estamos más preocupados, lógicamente, de nuestras hipotecas, que de resolver los problemas de fondo de la crisis, y al final nos quedaremos con otra oportunidad perdida desde la izquierda de refundar algo más importante y a lo que nadie, si quiera, se atreve a pronunciar por miedo a ser desterrado por anticuado o insensato: el socialismo democrático.
Tanto hemos aceptado la llamada economía de mercado que estamos como atontados ante una oportunidad desde la izquierda de reafirmar los valores del socialismo democrático, por supuesto con todos los correctores necesarios y que la Historia nos ha hecho aprender a base de trompicones. ¿Tan acomplejados estamos la gente de izquierda como para quedarnos de brazos cruzados? El colmo de todo esto es que nuestro presidente proponga un debate en dos instituciones que han sido partícipes de la propia crisis, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y que además son instituciones donde gobierna EE UU y donde este país tiene capacidad de veto. Aún no hemos escuchado a ningún líder de nuestra izquierda europea hablando de acabar con los paraísos fiscales, reivindicando como hace ATTAC la cacareada «Tasa Tobin» del 0,5% sobre todas las transacciones financieras para limitar los jueguecitos que han dado lugar a esta crisis.
Bueno, siempre nos quedará Obama, la gran sorpresa en todo esto, el menos malo para sheriff de esta película... The end.