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Corredores de la Bolsa de Tokio observan la caída de los resultados del índice Nikkei durante la sesión de ayer. / REUTERS
Economia

La Bolsa española pierde ya el 45%

El regulador de EE UU interviene en el Dow Jones y rescata a los mercados europeos de una nueva debacle

M. J. ALEGRE
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Las Bolsas europeas vivieron ayer otro viernes negro y los inversores no se atreven a escudriñar el futuro. La pesadilla se sufrió durante casi toda la jornada, hasta que al otro lado del Atlántico, las autoridades norteamericanas decidieron parar la negociación si los niveles de pérdidas del Dow Jones superaban determinados niveles en el principal mercado de Estados Unidos. También se bloquearon las cotizaciones en los mercados de futuros con la finalidad de evitar los desplomes, y la decisión fue un alivio para los atribulados inversores del viejo continente.

El principal índice de la Bolsa de Madrid, el Ibex-35, cerró con una caída del 5,20%, hasta 8.353.20 puntos, en una sesión en que llegó a derrumbarse más de un 9%. Las pérdidas acumuladas en la semana ya representan el 13,5% y en lo que va de año se elevan a un 45%. El principal indicador del mercado está en el mismo nivel que hace justamente cuatro años, similar al que presentaba en octubre de 2004. Para los ahorradores fieles durante ese plazo, toda la rentabilidad se ha volatilizado.

Las pérdidas fueron dramáticas para Gamesa, que cedió el 13,6%, pero la penalización se extendió a los grandes bancos, con retroceso del 10,2% en el Santander y el 8,6% en BBVA, y a los medianos. Banco Popular, que presentó resultados de los nueve primeros meses del año, cayó el 5,6%. El castigo se extendió a la constructora Ferrovial, con pérdida del 8,6%; la eléctrica Iberdrola, que cedió el 5,3%; la petrolera Repsol YPF, que sufrió un retroceso del 5,1%, y la operadora Telefónica, que registró una caída del 3,8%.

No hay noticias positivas que puedan influir en los mercados. Anestesiada la crisis financiera mediante la intervención de los Gobiernos, los inversores se han dado de bruces con la recesión económica de los países occidentales, y ni siquiera pueden alimentar la esperanza de que el desarrollo de los emergentes acuda en su auxilio. China desacelera su crecimiento y Latinoamérica empieza a sentir los primeros embates del parón económico. Las respuestas proteccionistas de países como Argentina han aportado mayores tensiones.

Todas las comunicaciones que reciben los inversores tienen un tinte sombrío. El constructor de coches estadounidense Chrysler avanzó que reducirá en una cuarta parte el total de sus puestos administrativos e interinos, unos 5.000 empleos, hasta final de año. Los gigantes franceses del automóvil, PSA Peugeot-Citroën y Renault, anunciaron recortes de producción, una medida que también ha adoptado el líder mundial de la siderurgia ArcelorMittal.

Los servicios

Y la crisis se puede trasladar a los servicios. La aviación comercial podría ser el próximo sector vulnerable, como apunta el retroceso en septiembre del tráfico mundial de pasajeros. La Bolsa de Londres cerró la sesión de ayer con una pérdida del 5%, a 3.883,36 puntos. Las autoridades del Reino Unido ya han dado carácter oficial a la primera contracción de la economía británica en 16 años, puesta de manifiesto en el primer avance de los datos del tercer trimestre de 2008. El Dax Xetra 30, principal índice de la Bolsa de Francfort, terminó con una pérdida del 4,96%, hasta 4.295,67 puntos, frente al temor a una recesión mundial. Ligeramente inferior fue el retroceso del índice CAC 40 de la Bolsa de París, que cedió un 3,54%, para quedar en 3.193 puntos.

La Bolsa de Milán, por su parte, concluyó la sesión con descenso del 5,61%. Los títulos de Fiat, el mayor grupo automovilístico italiano, fueron suspendidos tras hundirse su cotización al conocerse las previsiones de negocio de la compañía para 2009.

La jornada había amanecido con malos augurios. El Nikkei japonés perdió en la sesión casi un 10%, con lo que se sitúa en su nivel más bajo desde mayo de 2003; y el Hang Seng de Hong Kong se derrumbó un 8,3%.

«¿Dios mío, cuando se acabará el mes de octubre!», clamaban los pocos inversores que se arriesgaron a sufrir en directo en el parqué madrileño una nueva jornada de infarto. Algún veterano del parqué se atrevió a recordar -y fue tachado de ave de mal agüero- que la crisis del 29 tuvo su arranque un 24 de octubre en Wall Street, por más que las fechas dramáticas fueran las del lunes y martes 28 y 29 de octubre de aquel año.

Ante la ola de pánico que sacude las Bolsas de todo el mundo, la Casa Blanca se limitó a aconsejar paciencia para «esperar y ver» si el plan de rescate de 700.000 millones de euros surte efecto en los mercados.