Un juez condena a un hombre a 15 años de prisión por matar a su mujer de 16 puñaladas en Oviedo

La Audiencia Provincial de Asturias ha condenado a quince años de prisión a José Ramón Tamargo Riesgo por matar de dieciséis puñaladas a su esposa el año pasado en el domicilio familiar en Oviedo. En una sentencia, el tribunal impone esta pena al acusado por un delito de homicidio con la atenuante de confesión del hecho y la agravante de abuso de superioridad. Además, le condena a indemnizar a cada uno de los cuatro hijos del matrimonio en 57.879 euros.

La Sala relata que el acusado estaba casado con su víctima desde 1972 y que convivía con ella en un domicilio de la calle del Capitán Almeida de Oviedo. En febrero de 2007 existía entre ellos una situación de grave desafecto y enemistad personal, por cuya razón se encontraban en trámites judiciales de separación. La pareja tenía una sentencia del 31 de enero de 2007, en la que se atribuía el uso de la vivienda a la esposa y que el acusado debía abandonar el 1 de febrero.

En esas circunstancias, pasadas las ocho de la mañana de ese día, se suscitó entre ambos una discusión y en un momento determinado el acusado fue a la cocina, cogió un cuchillo de aproximadamente catorce centímetros de hoja y decidió matar a la mujer. Se dirigió a ella y estando de pie frente a frente le clavó el cuchillo repetidas veces en el abdomen y en el tórax, produciéndole diversas lesiones que afectaron entre otras zonas al lóbulo pulmonar, al colon y al riñón derecho.

La víctima trató de apartarse y sujetar el cuchillo, sufriendo otras heridas en ambas manos, y después se giró para alejarse del acusado, quien le apuñaló en la pierna derecha y otras dos veces en el costado, alcanzándole el hígado. Ya de espaldas, recibió otras tres cuchilladas en el diafragma, el lóbulo pulmonar derecho, el lóbulo hepático, el bazo y el riñón izquierdo, por lo que la mujer murió en un periodo de diez a treinta minutos desde la agresión.

Los cuatro hijos son mayores de edad y sólo uno de ellos vivía con sus padres, pero cuando el acusado mató a su mujer se encontraban solos en el domicilio y además ella había estado enferma días antes y se encontraba debilitada. Momentos después de los hechos el acusado llamó a dos de sus hijos y les dijo que había matado a su madre. Después, se personó en torno a las once menos cuarto de la mañana en la Comisaría de Policía, donde manifestó que había apuñalado a su esposa y que estaba muerta, acudiendo para su comprobación al domicilio junto con los policías.