Huída del destino
Hace casi 30 años comienza la andadura del grupo ecuatoriano Malayerba. Este grupo se ha convertido en una referencia de teatro comprometido, arriesgado y actual. Ha logrado hacerse un hueco en la memoria colectiva del espectador teatral gracias sobre todo a la pluma de su dramaturgo y director Arístides Vargas, y a su particular modo de entender el fenómeno escénico. Con este pasado, y con el karma en el nombre, todo indica que aun quedan muchos años de experiencias para compartir con esta compañía.
Actualizado: En Bicicleta Lerux, apuntes sobre la intimidad de los héroes, el montaje se adentra en la ficticia microhistoria de un personaje vagamente inspirado en el mítico protagonista de La Odisea. Este Ulises de andar por casa, no se somete a un viaje interminable de vuelta al hogar tras 20 años, sino que por el contrario, se encuentra anclado en un estancamiento existencial que no le deja ni quitarse el pijama. Deambula en sus propios pensamientos, evita peripecias y enfrentamientos de todo tipo. Dicho de otro modo, no es un personaje que lucha, sino que se evade de sí mismo.
Este replanteamiento dramatúrgico de Vargas, nos muestra a una Penélope cansada de esperar a que algo suceda, y deseosa del despertar de él. La apuesta es interesante no sólo por el viraje en si mismo, sino porque arroja luz sobre uno de nuestros problemas socio-culturales más ordinarios y comunes: el de la tan arraigada vinculación de roles hombre-mujer. La cotidianeidad de algunas de las escenas nos remite a un mundo en el que se demanda un papel más activo de la mujer frente al manido terreno masculino. Así pues, esta Penélope no asume un rol pasivo, sino que huye de su destino de mujer paciente y baja del pedestal al héroe. Con la carrera final de Penélope al terminar el espectáculo se traza una nueva línea de futuro; el inicio de una vida sin ataduras y sin la vinculación a una relación insatisfactoria. Desafortunadamente para nuestra sociedad no hay que perder de vista que el mutis de la protagonista de Casa de Muñecas tampoco consiguió gran cosa a este respecto. ¿Muchos años han pasado ya Nora! La propuesta se mantiene a flote gracias a este planteamiento de una nueva heroína en una historia originalmente escrita para él y en la que nos llegan al oído reflexiones estremecedoras sobre el mundo, la naturaleza, el amor y otros temas de definitiva trascendencia.
El ritmo en general está aun por definirse; y desafortunadamente para el espectáculo, la factura, o sea la composición de todos los elementos que visten el cuadro, son poco acertados estéticamente hablando. Nada parece uniforme, al contrario, vestuario, telar, colores y formas parecen estar diseñados sin la supervisión y rigor de un director. Falla porque no es estético, parece todo hechizo y con una fragilidad que no creo que fuese pretendida.