Unos pingüinos...¿en Río!
Cientos de aves llegan hasta Brasil desde la Patagonia, a 3.000 kilómetros, y son devueltos a 'casa' en avión y barco
Actualizado: GuardarBiquinis tipo-seda-dental, fibrados mulatos jugando volei, garotas de piel brillante, arena, voces dulces que entonan samba, olas y... pingüinos. ¿Pingüinos en Río de Janeiro? Pozí. Al menos un millar de estas aves han sido recogidas en las últimas semanas en las costas brasileñas. Proceden del Sur, de la Patagonia, de los mares de hielo al norte de la Antártida y, como cada verano, migran hacia el norte en busca de comida. Pero lo de este año es de récord.
Los pingüinos han recorrido más de 3.000 kilómetros hasta dar con sus palmas en las cálidas arenas de Río. Algunos, incluso, han aparecido más al norte, en aguas del estado de Bahía, en latitudes cercanas al ecuador. La mayoría pertenecen a la especie magallánica, que se reproduce en grandes colonias al sur de Argentina y Chile. Los bomberos recogieron numerosos cadáveres de animales que llegaron en muy malas condiciones a las playas y fallecieron. Cuidadas por voluntarios e introducidas en cajas de cartón y en cestas de plástico, las aves han sido devueltas en un avión Hércules de la Fuerza Aérea brasileña hacia sus dominios en las heladas aguas antárticas.
Hallazgos
Unos 400 ejemplares fueron liberados en la playa Cassino, en el estado de Río Grande, después de que aparecieran varados en las playas de Salvador de Bahía, 1.400 kilómetros al norte de Sao Paulo. Otros 31 ejemplares más fueron también devueltos a casa en el buque oceanográfico de la Armada Ary Rongel en el que también viajan 27 investigadores y 78 tripulantes con destino a la Antártida. Estos pingüinos habían recibido tratamiento en el Jardín Zoológico de la ciudad de Niterói (en el área de Río de Janeiro).
No se trata de una tarea nueva para las Fuerzas Armadas de Brasil. Lo novedoso es el elevado número de ejemplares arribados a las costas brasileiras. Ahora hay que preguntarse qué ha llevado a las palmípedas a nadar tan al norte. La respuesta de algunos biólogos apunta a alteraciones en el comportamiento y las concentraciones de los peces de los que se alimentan los pingüinos. Han empezado a investigar si la razón de la forzada migración tiene también que ver con una alteración de la temperatura y de las corrientes marinas o si obedece a algún fenómeno provocado por la actividad humana. La tesis que cobra más fuerza apunta a que los pingüinos extraviados siguieron el curso de una corriente de agua cálida, rica en nutrientes, que los llevó hacia el norte, lejos de sus habituales territorios de cría.
Algunas de las aves fueron encontradas cubiertas de petróleo mientras que existen pruebas de que otras comieron peces que no forman parte de su dieta habitual. Los pingüinos rescatados han sido anillados por los biólogos que esperan obtener información sobre las costumbres (y sobresaltos) migratorios de estas aves.