La aportación de España, estimada en un millón de euros, se utilizará para la ayuda de los desplazados. /AFP
crisis caucásica

Georgia recibirá una donación de 3.447 millones de la comunidad internacional para su reconstrucción

Son mil millones más de lo previsto por los organizadores de la Conferencia de Donantes para la reconstrucción del país tras la guerra con Rusia

BRUSELAS Actualizado: Guardar
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Georgia recibirá 3.447 millones de euros para la reconstrucción del país tras la guerra con Rusia. Una cifra que supera en más de 1.000 millones lo previsto por la Unión Europea y el Banco Mundial, ambos organizadores de la Conferencia de Donantes que se ha celebrado hoy en Bruselas para ayudar a esta zona emplazada al sur del Cáucaso. De esta cantidad, a repartir en tres años, 850 millones de euros provendrán del sector privado. Las aportaciones públicas más importantes serán las de EEUU (751 millones de euros), la Comisión Europea (500 millones de euros) y Japón (150 millones de euros).

Por su parte, España ha anunciado una donación de un millón de euros (1,32 millones de dólares) para reconstruir la infraestructura civil de Georgia y ayudar a los desplazados internos, en especial en el área de la ciudad portuaria de Poti, donde está el contingente español que participa en la misión de observación de la UE. En el caso de otros países europeos, según distintas fuentes diplomáticas, Suecia dará 70 millones de euros, Alemania 33, Noruega 30, Francia 7 e Italia 3

El primer ministro georgiano, Lado Gurgenidze, ha admitido en rueda de prensa que "es mucho más de lo que esperábamos, sobre todo en un contexto de crisis financiera", por lo que ha expresado el agradecimiento de su gobierno a los 67 países y organizaciones participantes. Además de garantizar que "cada euro, dólar o libra" que reciban, servirá para construir un país "más fuerte, prospero, libre, democrático, verdaderamente europeo, y para aliviar de un modo significativo el sufrimiento humano producido tras el 7 de agosto", fecha del inicio de las hostilidades.

La comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Walder, ha recalcado que "lo más importante es que Georgia no olvide que este esfuerzo debe dedicarse a la reconstrucción y al buen gobierno" y ha destacado que hará "todo lo posible" para reforzar los mecanismos de control de las ayudas. "Es interés de todos tener una gran transparencia", prosiguió la comisaria preguntada por las advertencias de la oposición y el defensor del pueblo georgianos de que el gobierno de Mijail Saakashvili debe ser ahora estrechamente vigilado. En nombre del Banco Mundial, su vicepresidente, Shigeo Katsu, ha considerado también que la clave ahora es conseguir que los fondos financieros se inviertan de manera "coordinada" con las instituciones internacionales

Las fases para la reconstrucción

La ayuda se centrará en una primera fase en cubrir las necesidades básicas de los desplazados internos (aún quedan unos 32.000). Más adelante, se intentará equilibrar el presupuesto georgiano, y fomentar las inversiones para dar un impulso a la economía, que antes de la guerra con Rusia crecía a un ritmo de más de un 10% anual. El propio Gobierno de Tiflis aportará 375 millones de euros (500 millones de dólares) para los proyectos de reconstrucción.

Según el ministro de Asuntos Exteriores francés, Bernard Kouchner, era "indispensable" ofrecer una "solución política y económica" a la crisis caucásica. Contribuir a la estabilidad de la zona "no es sólo una prueba de caridad y solidaridad", ha recalcado el ministro francés, cuyo país ostenta la presidencia de turno de la UE. En el mismo sentido, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha remarcado que la ayuda a Georgia es, además de "un imperativo moral", una manera de "garantizar la seguridad energética para la UE".

Uno de los principales temores de los líderes europeos es el impacto de los combates entre rusos y georgianos sobre los oleoductos y gasoductos que transportan energía del Mar Caspio hacia Europa, y que son clave para la supervivencia de proyectos paneuropeos como el gasoducto Nabucco, entre Turquía y Centroeuropa.